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Crisis Humanitaria en Campamento Migrante Tras la Nevada en Chihuahua

Nota y Fotos por: Silver Juárez Arce

La grave situación que enfrentan más de 200 personas en el campamento ubicado en las calles 57 y Juan Pablo II de la ciudad de Chihuahua ha puesto en evidencia la brecha entre el discurso y la realidad del autodenominado gobierno humanista.

Un día después de la intensa nevada que dejó el frente frío 21, la situación se ha vuelto crítica al cumplirse cuatro días sin suministro de agua en el campamento. Los tinacos no han sido rellenados y el depósito principal fue cerrado para evitar que las tuberías se congelaran, dejando a los migrantes, incluidos aproximadamente 80 niños, sin acceso a agua potable.

“No tenemos agua ni para beber”, señala uno de los afectados, quien además agrega: “Pasamos frío, pero gracias a Dios tenemos la leñita que nos regalaron para enfrentar este frío fuerte de enero”.

Resulta paradójico que mientras las autoridades estatales presumen un gobierno de tinte humanista, cientos de personas, incluyendo decenas de niños, carezcan de servicios básicos en plena helada. La situación actual del campamento migrante contrasta dramáticamente con los discursos oficiales sobre protección a grupos vulnerables y respeto a los derechos humanos.

Las necesidades son múltiples: “Necesitamos de todo: cobijas, comida, chamarras, agua… sobre todo agua”, explica uno de los migrantes. La situación es particularmente crítica para los menores, quienes requieren atención médica urgente. “Necesitamos antibióticos para niños, medicamentos para la fiebre, y para los adultos necesitamos medicinas para dolores de huesos y muelas”.

La mayoría de estas personas esperan sus citas para ingresar legalmente a Estados Unidos. “No podemos entrar sin cita, tenemos que esperar el trámite para no tener problemas”, menciona uno de los entrevistados, evidenciando su intención de seguir los cauces legales.

Esta crisis revela la realidad donde se muestra un campamento sin acceso a agua potable, sin atención médica adecuada y con necesidades básicas sin cubrir. La situación actual plantea serios cuestionamientos sobre la efectividad y sinceridad de las políticas gubernamentales en materia de atención a grupos vulnerables.

La emergencia requiere una respuesta inmediata que vaya más allá de los discursos: se necesitan acciones concretas que garanticen el acceso al agua potable, atención médica y condiciones dignas para las más de 200 personas que habitan en el campamento, especialmente considerando las bajas temperaturas que afectan a la región.