De 300 a 4: los últimos migrantes que resisten en lo que queda del campamento desalojado en la Juan Pablo II
Nota y Fotos por: Silver Juárez Arce
En un operativo municipal, las calles Juan Pablo II y 57 de la colonia Aeropuerto fueron cercadas tras el desalojo de un campamento improvisado donde, hasta hace un mes, vivían cerca de 300 migrantes. Hoy solo resisten cuatro personas entre los restos de jacales hechos con palos y trapos: tres centroamericanos y un mexicano que se niegan a abandonar el lugar.
Uno de los ocupantes, un ex camionero mexicano que prefirió omitir su nombre por seguridad, relató que perdió su vehículo tras un robo perpetrado por el crimen organizado. Por miedo a represalias contra el y su familia, no denunció el hecho. Ahora sobrevive cargando camiones en la Central de Abastos: “No tenemos a dónde ir. Aquí al menos nos protegemos entre nosotros. Trabajamos para comer un día más”, afirmó, mientras mostraba su refugio precario, resguardado apenas por plásticos y cobijas donde el y un joven de Guatemala el cual se encontraba trabajando.

Los otros tres residentes, originarios de Centroamérica, también se aferran al sitio. Uno de ellos, con visible desgaste en sus zapatos rotos, explicó: “Si nos vamos, ¿a dónde llegamos? La policía nos corre de todos lados”. El área, antes colmada de familias enteras, hoy está marcada por lonas desgarradas y fogatas apagadas.
El desalojo se realizó sin que las autoridades ofrecieran muchas opciones. Se han criticado la falta de protocolos humanitarios durante el operativo, señalando que muchos migrantes terminaron en las calles o fueron detenidos. “Es una situación recurrente: los corren de un lugar, pero no les brindan soluciones”, comento un Chihuahuense quien presencio el desalojo.
Mientras tanto, los cuatro ocupantes restantes enfrentan noches frías sin servicios básicos y con hambre. “Sabemos que esto no es vida, pero preferimos esto a que nos separen o nos deporten”, concluyó el camionero.
El campamento, ahora custodiado por vallas metálicas, simboliza la crisis humanitaria invisible que persiste en Chihuahua, donde cientos de migrantes siguen atrapados entre la violencia, la indiferencia y la burocracia.
