Nota y Fotos por: Silver Juárez Arce

Este mediodía de jueves, en pleno centro de Chihuahua, un vendedor peculiar llamó la atención de los transeúntes. En una ciudad donde los antojitos norteños dominan el panorama gastronómico, la venta de chapulines comestibles es una rareza. Sin embargo, un comerciante ha traído esta tradición culinaria del sur del país hasta la capital del estado.

Ubicado en la intersección de las calles Escorza y 11, el vendedor ofrece chapulines traídos directamente de Oaxaca, los cuales se comercializan en pequeñas bolsitas listas para degustar. “Los vendemos en bolsita, con limón y salsita Valentina”, explicó el comerciante al ser entrevistado.

El precio de este exótico bocadillo es de 50 pesos por taza, y se puede adquirir una segunda por un pequeño descuento. “Saben como a carne seca”, comentó el vendedor, resaltando que los chapulines son una fuente rica en proteína y una alternativa nutritiva para los amantes de los sabores diferentes.

A pesar de que en el norte del país este tipo de producto no es tan común, el comerciante afirmó que la venta es variable. “A veces hay venta, a veces no”, señaló con optimismo, esperando que los chihuahuenses se animen a probar este manjar oaxaqueño.

Con una mezcla de curiosidad y sorpresa, los ciudadanos que pasaban por el lugar se detenían a observar e incluso a degustar los chapulines. Sin duda, una muestra de cómo la diversidad gastronómica de México sigue expandiéndose, trayendo sabores tradicionales de una región a otra.

Si eres de los valientes que disfrutan probar cosas nuevas, ahora sabes que en el corazón de Chihuahua puedes encontrar este bocadillo crujiente y lleno de historia. ¿Te atreverías a probarlos?