Desde amas de casa hasta diputadas: Así ven las mujeres de Chihuahua la lucha por la igualdad en el 2025
Nota y Fotos por: Silver Juárez Arce
A cinco días del Día Internacional de la Mujer, que se conmemorará este sábado 8 de marzo, en 880 Noticias recogimos las perspectivas de mujeres de distintos ámbitos en Chihuahua. Desde activistas trans hasta funcionarias públicas, las entrevistadas compartieron sus reflexiones sobre los logros y las deudas históricas en materia de derechos.
Edith Palma Ontiveros: “Ser la primera diputada indígena no es un triunfo, es una deuda”

Diputada indígena originaria de Guachochi (Comisión de Pueblos y Comunidades Indígenas)
Edith Palma, mujer rarámuri y legisladora por Morena, habla con orgullo, pero sin autocomplacencia: “En 2025, hay 12 diputadas y 10 diputados en el Congreso local. Parece un avance, pero ¿cuántas somos indígenas? Solo yo. Mi pueblo sigue sin agua potable y las niñas abandonan la escuela para casarse a los 14”.
Relata cómo su elección en 2024 fue un parteaguas: “Antes, los partidos ponían a mujeres indígenas solo para cumplir cuotas, pero sin voz. Ahora, impulsamos una ley para traducir servicios de salud a lenguas originarias y otra para perseguir el racismo en escuelas”. Sin embargo, reconoce obstáculos: “En sesiones, algunos colegas me interrumpen o dicen ‘ya, Edith, eso no importa’. Por eso, cada vez que hablo, llevo mi traje tradicional: para recordarles que existimos”.
Sobre el 8M, nos dijo “Las mujeres indígenas tenemos una triple lucha: contra el machismo, el clasismo y el colonialismo. No basta con tener una presidenta: necesitamos que ella entienda que nuestros cuerpos no son territorios de conquista”.
María Borunda: “Sobreviví al cáncer, pero no a la desigualdad”

Ciudadana y sobreviviente de cáncer de mama
María Borunda, de 68 años, mira con esperanza los nuevos centros de detección temprana de cáncer, pero su historia personal revela grietas en el sistema: “En 2010, me tardé dos años en conseguir una mastografía. Ahora hay más clínicas, pero si vives en la sierra, ¿cómo llegas? Muchas compañeras mueren por diagnósticos tardíos”.
Como empleada doméstica jubilada, compara su experiencia laboral con la de las nuevas generaciones: “A mis 20 años, ganaba un tercio de lo que ganaba un albañil. Hoy, las chicas tienen más trabajos formales, pero en las maquilas aún las acosan o las despiden si se embarazan”.
Critica la falta de infraestructura inclusiva: “Desde que perdí movilidad por el cáncer, uso bastón. Pero en Chihuahua, ni los camiones ni las oficinas públicas tienen rampas. ¿Cómo exijo mis derechos si no puedo ni entrar a un edificio?”. Su mensaje a las autoridades: “No nos traten como cifras. Escuchen a las viejitas como yo, que sabemos lo que es vivir sin derechos”.
Karla Ramírez: “El techo de cristal ahora está en casa”

Trabajadora del Congreso del Estado
Carla Ramírez, madre soltera de dos hijos, celebra los logros simbólicos: “Ver a Maru Campos como gobernadora o a Miriam Cárdenas en el Tribunal me inspira. Antes, las niñas solo aspiraban a ser secretarias”. Sin embargo, señala un desafío invisible: “El mayor freno no está en el trabajo, sino en casa. Mi exmarido me demandó por custodia argumentando que ‘trabajar en política me aleja de mis hijos’. El juez le dio la razón”.
Desde su trinchera, impulsa proyectos para conciliar vida laboral y familiar: “Logramos que el Congreso tenga sala de lactancia y horarios flexibles, pero falta que esto se replique en fábricas o escuelas”. Sobre la brecha salarial, es cautelosa: “En el sector público, los sueldos son transparentes, pero en empresas privadas aún negociaban con las mujeres salarios un 15% más bajos en 2024”.
Mayté Regina Gardea: “El Estado nos niega hasta el derecho a existir”

Activista y defensora de derechos humanos de mujeres trans
Mayté Regina Gardea, voz líder del colectivo trans en Chihuahua, no duda en calificar la situación de su comunidad como una “emergencia humanitaria”. Con una década de lucha a cuestas, relata cómo el reconocimiento de identidad de género en el estado solo ha sido posible mediante amparos: “En 2023, una compañera murió esperando que el Registro Civil le entregara su acta con su nombre verdadero. Su familia la veló con el nombre de un hombre, como si nunca hubiera existido”.
Critica la parálisis institucional: “La Constitución habla de igualdad, pero las mujeres trans no tenemos acceso a salud pública especializada, pensiones o vivienda. Si una de nosotras es asesinada, el transfeminicidio ni siquiera está tipificado. La fiscalía registra el crimen como ‘homicidio’ y borra nuestra identidad hasta en la muerte”.
“La ultraderecha en EE.UU. y México nos usa como chivo expiatorio. Aquí en la frontera, grupos conservadores presionan para eliminar nuestros derechos. En 2024, intentaron derogar los pocos amparos ganados, pero resistimos”. Su exigencia al gobierno estatal es clara: “No queremos limosnas, queremos que cumpla con sentencias internacionales. Que deje de obligarnos a mendigar justicia en tribunales”.
Teresa Peña: “Somos iguales en derechos y responsabilidades, pero los sueldos aún no reflejan eso”

Ama de casa y voz de la lucha cotidiana
Teresa Peña, de 54 años y dedicada al cuidado de su hogar, reconoce avances en la inclusión laboral femenina, pero subraya una deuda histórica: la brecha salarial. Con la franqueza de quien ha visto décadas de cambios, afirma: “Hoy hay más trabajos para mujeres, eso es cierto. Antes ni en las tiendas las contrataban si estaban casadas. Pero ahora, aunque les den empleo, les pagan menos que a un hombre por lo mismo”.
Desde su perspectiva, el problema radica en la invisibilización del trabajo doméstico: “Nos dicen ‘ama de casa’ como si no trabajáramos, pero criar hijos, administrar un hogar y cuidar enfermos es un oficio de 24 horas. ¿Por qué no se valora eso?”. Sobre el 8M, reflexiona: “Este día debería servir para que los gobiernos entiendan que igualdad no es solo dar empleos, sino pagar igual. Y que las que estamos en casa también aportamos a la economía”.
Aunque celebra que las nuevas generaciones tengan más oportunidades, hace un llamado a la unidad intergeneracional: “A mis hijas les digo: ‘Estudien, pero no permitan que les paguen menos’. Y a las jóvenes les pido: no olviden a las que limpian casas o friegan platos. Todas somos mujeres, todas merecemos respeto”.
Lorena Domínguez: “La igualdad se construye con acciones, no con discursos”

Jefa del Departamento de Programas del Instituto Municipal de Mujeres
Lorena Domínguez, funcionaria con 20 años de experiencia, enumera avances concretos: “En 2024, el 40% de los agentes de tránsito eran mujeres, frente al 5% en 2010. También capacitamos a 200 empresas en equidad salarial”. No obstante, cuestiona la resistencia cultural: “Aún recibo quejas de hombres que dicen ‘¿por qué ella tiene el puesto si yo tengo más experiencia?’. La meritocracia es un mito cuando el sistema favorece a los hombres”.
Destaca programas municipales pioneros: “Lanzamos ‘Transporte Rosa’, unidades con GPS para prevenir acoso, y ‘Mujer Constructoras’, donde enseñamos albañilería a víctimas de violencia”. Su reclamo a la ciudadanía es directo: “No nos feliciten el 8M. Mejor denuncien a un acosador, paguen igual a sus empleadas o dejen de cuestionar a las que no quieren ser madres”.
Dulce Mariana Luevano: “El feminismo debe ser interseccional o no será”

Abogada y coordinadora del Festival Cumbre Mujer 2025
Dulce Mariana Luevano, de 24 años, representa la nueva generación del activismo. Con un discurso incisivo, explica: “La Ley Olimpia fue un logro, pero en 2024, solo el 10% de las denuncias por violencia digital procedieron. ¿Por qué? Porque muchas mujeres no tienen acceso a abogados o internet”.
Sobre la despenalización del aborto, aclara: “En Chihuahua, hay clínicas públicas, pero en Cuauhtémoc, grupos antiderechos bloquean entradas. Por eso, en Mujeres Ayudando Mujeres creamos redes de acompañamiento para llegar a zonas rurales”.
El Festival Cumbre Mujer 2025, que organiza, busca visibilizar demandas olvidadas: “Incluiremos un foro sobre mujeres con discapacidad y otro sobre presas políticas. El feminismo no puede ser solo de mujeres blancas y urbanas”. Cierra con un llamado a la unidad: “Si una hermana trans es atacada, todas somos atacadas. La lucha no es por un género, es por la dignidad”.
Las entrevistadas coinciden: el 8M no es una fecha para festejar, sino para exigir. Mientras el mundo conmemora 120 años de lucha feminista, Chihuahua refleja los claroscuros de un México que avanza en leyes pero retrocede en cohesión social. Este sábado, las calles serán el termómetro de un movimiento que, como señala Luevano, “debe evolucionar o morir”.