Nota y Fotos por: Silver Juárez Arce

En las calles del centro de Chihuahua, una talentosa mujer tarahumara cautiva a los transeúntes con su habilidad artesanal. María, originaria de la sierra, se dedica a vender hermosas canastitas de pino que ella misma elabora con esmero.

Aunque el idioma español no es su fuerte, María demuestra su destreza en el arte de la creación de canastas mientras interactúa con los potenciales compradores. Con una sonrisa en su rostro, responde con sencillez y amabilidad a las preguntas de los interesados, mostrando sus hermosas creaciones.

Los diálogos se entrelazan entre el español y el tarahumara, pero María transmite su arte con pasión y orgullo. Cada canastita, hecha de pino, es ofrecida a un precio de ochenta pesos y es versátil para ser utilizada de diversas maneras como lo es la mas común que es para almacenar objetos.

María es acompañada por su nieta mientras ofrece su trabajo artesanal, que es fruto de su esfuerzo y dedicación. La calidez de su atención y la calidad de sus creaciones atraen a los viandantes, quienes encuentran en estas canastitas una oportunidad para llevarse un pedacito de la cultura tarahumara consigo.

Ella se encuentra en la esquina de Victoria y Tercera, donde María comparte con los visitantes un poco de su origen en Ocampo, Pitorreal una localidad de la sierra. A pesar de las barreras lingüísticas, la artesana tarahumara deja en claro que su trabajo habla por sí mismo, destacando la importancia de valorar y apreciar la riqueza de la cultura indígena en la región.

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