Nota y Fotos por: Silver Juárez Arce

En el centro de la ciudad, José Mendoza y Rosario Amaña, originarios de Los Mochis, Sinaloa, representan la realidad de muchas familias que se ven obligadas a migrar en busca de mejores oportunidades laborales y seguridad.

La pareja reveló en una entrevista mientras llenaban solicitudes de empleo, que la difícil situación en su estado natal, marcada por la violencia criminal y un declive económico significativo, los ha llevado a abandonar temporalmente su hogar. “Está muy dura la situación allá, el empleo ha bajado y la economía también”, comentó José Mendoza.

Su experiencia no es un caso aislado. Según sus declaraciones, muchos habitantes de Sinaloa están optando por emigrar, principalmente hacia ciudades fronterizas como Tijuana, Nogales y Ciudad Juárez, en busca de estabilidad y trabajo.

Actualmente, Mendoza y Amaña han encontrado esperanza en Chihuahua. Recientemente han rentado una habitación en el centro de la ciudad y aspiran a emplearse en las maquiladoras locales, sectores conocidos por ofrecer condiciones laborales estables, salarios competitivos y beneficios como alimentación.

Su historia ilustra los desafíos que enfrentan miles de familias mexicanas desplazadas por la violencia y la crisis económica, obligadas a reinventarse lejos de sus lugares de origen.