Nota y Fotos por: Silver Juárez Arce
En las calles Boulevard Juan Pablo II y Avenida Pacheco, al sur de la ciudad de Chihuahua, un hombre de 64 años llamado Máximo Chávez Oliva Osorio se gana la vida vendiendo semillas empaquetadas de girasol, pistachos, gomitas y cacahuates, desafiando las altas temperaturas que alcanzan los 36 grados centígrados.
Máximo, quien sufre de parálisis, se instala desde las 7 de la mañana en la vía pública y permanece hasta las 8:30 de la noche, exponiéndose al intenso sol chihuahuense para poder llevar un sustento a su hogar.
«Tengo que estar aquí bajo el sol consiguiendo el chivo», comentó Máximo en una breve entrevista, mientras ofrecía sus productos a los automovilistas que circulaban por la zona.
A pesar de las adversidades y su condición física, El se muestra incansable y agradecido por tener la oportunidad de trabajar honradamente. «Desde las 7 de la mañana hasta las 8:30 de la noche, aquí estoy vendiendo mis semillas y snacks», expresó.
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En la misma intersección, Luis Ángel Luján, un hombre que vende bolis y es parte «Bon ice», comparte la experiencia de enfrentar el intenso calor. «A veces casi no se puede con el solón, pero aquí estamos, echándole ganas a los trabajos que se puedan hacer», mencionó.
La situación de Máximo y Luis Ángel refleja la realidad de muchas personas en situación de vulnerabilidad en Chihuahua, quienes deben sortear diversas dificultades para obtener un ingreso y sobrevivir en la ciudad.
Organismos de apoyo a personas con discapacidad y programas sociales han reconocido la necesidad de brindar mayores oportunidades laborales dignas para este sector de la población, a fin de evitar que se vean obligados a trabajar en condiciones precarias y expuestos a los extremos climáticos.
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