Nota y Fotos por: Silver Juárez Arce

En una mañana típica en el bullicioso Centro Histórico de Chihuahua, nos encontramos con Víctor Manuel Silva Arceo, un comerciante ambulante que lleva más de dos décadas dejando su huella en las calles de esta ciudad.

Silva Arceo, quien inició su carrera en la calle Cuarta cuando era apenas un adolescente, ahora se ha convertido en un rostro familiar por todo el centro. “Empecé desde muy chavito,” comenta con una sonrisa nostálgica, recordando sus inicios y los desafíos que enfrentó con los inspectores municipales.

Hoy, su negocio se ha transformado. Desde las 8 de la mañana, Silva Arceo ofrece una variedad de productos saludables a los transeúntes del centro. Su especialidad: un jugo verde que contiene espinacas, apio, perejil, jengibre, piña, agua y limón, que vende a 35 pesos el medio litro. También ofrece otros jugos, avena a 25 pesos el vaso, y burritos preparados por su esposa.

“Me levanto a las 3 de la mañana para preparar los jugos, licuados, aguas frescas y la avena,” explica Silva Arceo, revelando la dedicación detrás de su negocio. “Cuando termino, mi esposa empieza con los burritos.”

Después de las 10 de la mañana, Silva Arceo se convierte en un vendedor ambulante de comida, recorriendo las calles Libertad, Juárez, Victoria, Aldama y Morelos hasta las 2 de la tarde.

Su historia es un testimonio de la persistencia y adaptabilidad de los comerciantes ambulantes que forman parte integral del tejido económico y social del Centro Histórico de Chihuahua. A pesar de los desafíos, estos trabajadores continúan siendo una parte vital de la vida cotidiana de la ciudad, ofreciendo productos frescos y convenientes a los Chihuahuenses y visitantes por igual.