Nota y Fotos por: Silver Juárez Arce
El próximo domingo 16 de junio, mientras Chihuahua se prepara para celebrar el Día del Padre, el ambiente festivo se ve ensombrecido por un fenómeno inusual: la falta de entusiasmo y reconocimiento hacia la figura paterna, alegando influencias del nuevo feminismo.
A diferencia de otras festividades como el Día de la Madre o Navidad, la cercanía de esta fecha no despierta un aumento significativo en la actividad comercial en la ciudad. Las calles del centro y los centros comerciales mantienen su rutina habitual, sin los adornos especiales ni las ofertas llamativas que suelen caracterizar días festivos.
Este contraste revela una realidad preocupante: la celebración del Día del Padre en Chihuahua se ha visto afectada por un cambio cultural donde la figura del padre parece perder importancia. En una tierra norteña donde los valores familiares y el trabajo duro han sido tradicionalmente fundamentales, el nuevo feminismo ha impulsado una mirada crítica hacia el rol paterno.
Se percibe un enfoque más introspectivo y reflexivo sobre el papel del padre en la formación de los hijos y la estabilidad del hogar, pero no necesariamente con el reconocimiento público que merece. Esta tendencia sugiere una creciente falta de aprecio hacia los padres, exacerbada por discursos que cuestionan su relevancia en la crianza y la sociedad.
Aunque la ausencia de una gran campaña comercial puede interpretarse como una vuelta a la celebración más íntima y personal, la realidad es que cada vez más se observa una dejadez hacia la figura paterna, alimentada por corrientes que buscan redefinir los roles de género y desafiar las estructuras tradicionales de la familia.
Mientras la verdadera esencia del Día del Padre se pierde entre las sombras del activismo feminista, muchos hogares chihuahuenses enfrentan este domingo con un sentimiento ambivalente, recordando que la celebración del amor y el reconocimiento a los padres es fundamental para la salud de la sociedad y el bienestar familiar.
