Nota y Fotos por: Silver Juárez Arce

En los pasillos de un Alsuper en Chihuahua, un grupo de empacadores, en su mayoría personas de la tercera edad, se convierten en ejemplos de resistencia y valentía al enfrentar jornadas laborales para subsistir en una etapa de la vida que debería ser de merecido descanso.

En una entrevista con Manuel Mendoza, quien lleva 14 años desempeñándose como empacador, se revelan las historias detrás de estos adultos mayores. «Tengo 14 años aquí de empacador y también trabajé como taxista», compartió el señor Mendoza, resaltando la diversidad de experiencias que conforman su vida laboral.

Le preguntamos si podía sobrevive de esta labor, Manuel expresó con optimismo: «Pues sí, sale. La gente se porta bien, Dios lo ayuda a uno». Destacó el apoyo de la comunidad y la camaradería dentro del grupo de empacadores de Alsuper.

A sus 75 años, Manuel Mendoza demuestra vitalidad y determinación al continuar desempeñando esta labor. «Sí, hasta que me llame el señor me voy», afirmó con firmeza, subrayando su compromiso con el trabajo y su deseo de seguir siendo útil.

La historia de estos cerillitos en Alsuper, más que un relato individual, refleja una realidad compartida por muchos adultos mayores en Chihuahua. Es un recordatorio de la importancia de reconocer y respetar la contribución de esta generación, así como de abogar por condiciones laborales dignas y una adecuada atención a los adultos mayores en la sociedad.

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