Nota y Fotos por: Silver Juárez Arce

Javier Edgar Alvares, un talabartero que tiene más de 8 años en este local , continúa manteniendo viva la tradición de la talabartería en Chihuahua. Su negocio, «Peletería y Talabartería De Chihuahua», se encuentra ubicado en la calle 14 y Av. Juárez, pero anteriormente estaba sobre la Av. Ocampo, donde la talabartería duró más de 33 años.

Javier se dedica a la reparación y creación de productos de cuero, como calzado, chamarras, botas y monturas, pero es en las monturas donde ha desarrollado su especialidad, las monturas que fabrica son elaboradas a pedido y personalizadas de acuerdo con las necesidades de cada cliente, lo que ha atraído a personas desde la sierra, que bajan hasta su negocio para encargar sus productos o recogerlos.

Según comenta Javier, la tradición de la talabartería se ha ido perdiendo con el paso de los años debido a la competencia de otros negocios y a la construcción de la ciudad judicial, la cual ha provocado que muchos negocios de la zona se cambien de lugar o cierren, A pesar de ello, Javier se mantiene firme en su propósito de mantener viva la tradición de la talabartería en Chihuahua, y sigue trabajando incansablemente para mejorar su técnica y ofrecer productos de calidad.

La talabartería es un oficio antiguo que se ha mantenido en la región de Chihuahua por décadas, Esta actividad se dedica a la fabricación de productos de cuero, como cinturones, bolsos, carteras, zapatos y sillas de montar, entre otros, originalmente, este oficio se enfocaba en la producción de monturas, lo que atraía a personas de la sierra que bajaban a Chihuahua para comprar o reparar sus productos.

La talabartería es un arte que requiere de habilidades y técnicas especiales para poder trabajar el cuero de manera correcta, por lo que su aprendizaje es lento y requiere de mucha paciencia y dedicación, con la llegada de la industrialización, la producción de productos de cuero se ha automatizado en gran medida, pero aún existen talabarteros que siguen produciendo de manera artesanal, como es el caso de Javier Edgar Alvares.

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