Nota y Fotos por: Silver Juárez Arce
Bajo el inclemente sol chihuahuense, un grupo de jóvenes, conocidos como «limpia vidrios», enfrenta diariamente las altas temperaturas para ganarse la vida en las calles Juan Pablo II y Lombardo Toledano. Carlos, uno de los integrantes de este grupo, compartió sus experiencias y desafíos mientras realiza su labor en los cruceros de la ciudad.
Carlos, quien se dedica a esta actividad durante largas jornadas, explicó que su horario de trabajo oscila entre las 3 y las 5 de la tarde, y desde las 7 de la mañana hasta las 5 de la tarde. Aunque el sol es un factor que afecta su labor, Carlos mencionó que se protege del calor extremo con ropa y mangas largas.
Durante los días de intenso calor, el trabajo de los limpia vidrios se torna aún más desafiante, pero continúan en sus puestos por necesidad económica. Los ingresos varían según las condiciones del día, pudiendo levantar alrededor de 350 pesos o 250 pesos, dependiendo del flujo vehicular y las propinas de los conductores.
Carlos reveló que el trabajo como limpia vidrios es demandante y sacrificado, pero es la manera en que él y sus compañeros se ganan la vida. A pesar de los retos, ellos se esfuerzan por brindar un servicio valioso a los conductores, asegurando una visión clara y segura mientras esperan el cambio de la luz del semáforo.
La ubicación donde operan, en la intersección de las calles Juan Pablo II y Lombardo Toledano, se ha convertido en un punto habitual para estos trabajadores, quienes buscan el apoyo de los automovilistas para mantenerse a flote.
La labor de los limpia vidrios es una muestra de perseverancia y determinación frente a las adversidades del clima y las condiciones de trabajo. Aunque enfrentan las altas temperaturas y trabajan sin descanso, ellos continúan con su labor, recordándonos la importancia de valorar el esfuerzo y sacrificio que algunos realizan para ganarse la vida de manera honesta en la ciudad.
