Nota y fotos por Silver Juárez Arce

En el bullicioso corazón del Centro Histórico de Chihuahua, entre el ir y venir de transeúntes por el emblemático Paseo Victoria, un personaje singular ha capturado la atencion: Martín, un hombre que dedica sus mañanas a “pescar” objetos perdidos en la línea metálica para personas con discapacidad visual.

La estructura, diseñada como un riel de fierro con una hendidura central para guiar bastones, se ha convertido inadvertidamente en un imán para pequeños tesoros caídos. Anillos, pulseras, monedas, billetes, e incluso teléfonos celulares, desaparecen por la ranura debido al constante flujo de personas. Frente a este fenómeno, Martín, con ingenio y paciencia, ha perfeccionado un método para rescatar lo perdido.

Herramientas hechas a mano
Armado con una extensión de palo y un gancho de su propia creación, Martín desliza su artefacto por la grieta para alcanzar objetos como aretes o fundas de teléfonos. Para las monedas, recurre a un imán adherido a otra herramienta. “Hoy fue un día de suerte: rescaté un anillo de plata y una pulsera”, comentó mientras mostraba su hallazgo matutino.

Martín vende lo recuperado en mercados locales o a joyeros, obteniendo modestos ingresos. “Algunos me regalan unas monedas si recupero sus cosas, pero lo demás… ¿qué hacemos? La vida es cara”, reflexionó con una sonrisa cómplice.

“Aquí todos pierden algo… y a veces, alguien tiene que encontrarlo” dijo, mientras el sol de la mañana ilumina el riel de fierro y la figura de Martín se veía, agachado y concentrado buscando objetos.