Marzo, mes de la hipocresía: autoridades de Chihuahua dejan a mujer abandonada en la carretera
Bajo la gestión de Gilberto Loya Chávez, secretario de Seguridad Pública del Estado, y Julio César Salas González, director de Seguridad Pública Municipal, un nuevo caso de negligencia policial expone el abismo entre los discursos oficiales y la realidad que viven las mujeres en Chihuahua.
Mientras el gobierno estatal y municipal alardea de programas de protección a mujeres, la noche del sábado 15 de marzo, en la carretera Aldama-Chihuahua, una mujer fue abandonada en plena oscuridad, expuesta. El operativo revela cómo las instituciones normalizan el riesgo para las mujeres en una capital donde los feminicidios y desapariciones no cesan.
La seguridad de el gobierno estatal y municipal encabezados por Gilberto Loya Chávez, secretario de Seguridad Pública estatal, y Julio César Salas González, director de Seguridad Pública Municipal, promueven campañas de “cero tolerancia a la violencia de género”, pero una mujer de mediana edad fue abandonada en plena oscuridad en la carretera Aldama-Chihuahua tras una detención.
La víctima, quien compartió su testimonio en redes sociales, detalló cómo los oficiales detuvieron a la pareja en motocicleta cerca de las 23:00 horas. Los agentes insistieron en retenerlo y trasladarlo a una comandancia. A ella, en cambio, la dejaron varada en la carretera, sin transporte, sin explicaciones y sin garantías. “En un estado donde matan mujeres por ser mujeres, abandonarme así fue como tirarme a los lobos. ¿Qué habría pasado si no me auxiliaban?”.
Dos mujeres que transitaban por la zona la rescataron minutos después. “Fue cuestión de suerte, si llega a pasar una persona con malas intenciones, hoy estaría desaparecida o muerta”, afirmó. “Presumen cámaras, botones de pánico y ‘cero tolerancia’, pero en la práctica, sus propias fuerzas nos ponen en riesgo”.
La víctima enfatizó la ironía de sufrir esta negligencia en marzo, mes que debería conmemorar derechos: “El gobierno que se viste, saca mantas moradas y hashtags, pero ¿dónde está su protocolo cuando un policía decide dejarte morir?”. Y remató con crudeza: “Si me hubiera pasado algo, me hubieran culpado a mí: ‘¿Por qué andaba de noche? ¿Por qué no se quedó en casa?’. Nunca a ellos, que tienen la obligación de protegernos”.
Hoy, su testimonio no es solo una denuncia: es un espejo que refleja el fracaso de un sistema que, en tiempos oscuros, prefiere el espectáculo de la seguridad a la seguridad misma.
