Matachines de la Escuela de Artes y Oficios Inician Peregrinación Guadalupana por las Calles de Chihuahua
Con el repique de tambores, el sonido de las sonajas y el colorido de sus trajes tradicionales, los matachines de la Escuela de Artes y Oficios de Chihuahua iniciaron hoy su peregrinación desde la Catedral Metropolitana hacia el Santuario de la Virgen de Guadalupe. Esta danza, que forma parte del Dodecenario Guadalupano —un ciclo de doce días de peregrinaciones y celebraciones que began el 1 de diciembre y culminará el 12—, es una de las expresiones más vibrantes de la fe y la cultura popular en el norte de México.
El 10 de diciembre, dentro de este ciclo festivo, está dedicado a comunidades educativas y grupos organizados, quienes rinden homenaje a la Patrona de las Américas a través de danzas, cantos y ofrendas. Los matachines, conocidos como “soldados de la Virgen”, avanzaron por la calle Aldama, acompañados por familias y devotos, en un recorrido que simboliza tanto la devoción religiosa como la resistencia cultural de Chihuahua.

La danza de los matachines es un legado que combina elementos de las “danzas de conquista” europeas, introducidas por los misioneros españoles en el siglo XVI, con tradiciones indígenas de la región, como las de los rarámuri. Este sincretismo ha dado lugar a una expresión única, donde cada movimiento y cada sonido son una ofrenda a la Virgen de Guadalupe. Para muchos danzantes, participar en esta tradición es también el cumplimiento de una manda o promesa, un acto de gratitud por favores recibidos o una petición de protección y bendición.
Los integrantes de la Escuela de Artes y Oficios, muchos de ellos que aprenden el oficio, no solo preservan esta tradición, sino que le dan nuevo brillo. Su participación refleja el compromiso de las nuevas generaciones con sus raíces, asegurando que la danza siga siendo un símbolo de identidad y espiritualidad para Chihuahua.
El recorrido de hoy, que concluirá en el Santuario de la Virgen de Guadalupe, invita a la comunidad a sumarse a las celebraciones del Dodecenario Guadalupano. Las calles se llenan de color, música y fervor, recordando a todos los chihuahuenses la importancia de mantener vivas las tradiciones que definen su cultura. En un año donde la ciudad ha enfrentado desafíos, la danza de los matachines se convierte en un mensaje de esperanza, unidad y fe colectiva.
Esta peregrinación, como muchas otras que se realizan a lo largo de diciembre en la región, reafirma que la devoción a la Virgen de Guadalupe sigue siendo un pilar fundamental en la vida de Chihuahua, uniendo a generaciones en una misma fe y una misma danza.

