Nota y Fotos por: Silver Juárez Arce

En el campamento improvisado de los migrantes ubicado en el Boulevard Juan Pablo II y la calle 57 al sur de la ciudad de Chihuahua, una luz de esperanza brilla entre la incertidumbre que enfrentan los migrantes. Este jueves 25 de abril de 2024, una noble benefactora, Leticia, se ha convertido en un rayo de esperanza para aquellos que han llegado a este lugar en busca de un futuro mejor.

Entrevistada mientras distribuía alimentos a los pocos migrantes presentes en el campamento, Leticia compartió su motivación y sus acciones solidarias. «Pues aquí visitando a mis hermanos», expresó con humildad, refiriéndose a los migrantes a los que considera parte de su familia.

Leticia detalló los elementos que ha llevado consigo para ayudar a quienes más lo necesitan, desde pan hasta juguetes para los niños. «Pan. Pan dulce a los niños. Colores a las niñas. Juguetes. Y algún detallito para las criaturas»

Esta no es la primera vez que Leticia acude al campamento con ayuda. De hecho, reveló que visita el lugar semanalmente, mostrando un compromiso constante con su labor humanitaria.

La presencia de Leticia y su familia en el campamento resalta aún más en contraste con las acciones recientes de las autoridades federales. En días anteriores, la Guardia Nacional y trabajadores del Instituto Nacional de Migración enviaron tres camiones repletos de migrantes hacia Chiapas, dejando dudas sobre la transparencia y la humanidad de dichas acciones.

Originaria de Venezuela, Leticia demuestra que la solidaridad y la empatía no conocen fronteras. Su dedicación en el campamento de la Juan Pablo II y la calle 57 es un recordatorio de la importancia de tender una mano amiga en tiempos de necesidad y de mantener viva la esperanza en medio de los tiempos difíciles.

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