Nota y Fotos por: Silver Juárez Arce

Después de una gélida noche en la que los termómetros marcaron -7 grados Celsius en la ciudad capital de Chihuahua, la cruda realidad de la vida para algunos migrantes mexicanos se hizo evidente. Jesús, originario de Oaxaca, ha pasado las últimas noches bajo el puente de la Pacheco y Vialidad CH. P, con tan solo una cobija y un costal que contiene escasas pertenencias.

Entrevistamos a Jesús para obtener una visión más cercana de su situación. «Me vine en Raites a trabajar aquí, pero no he encontrado empleo todavía, aquí no ha habido jale», compartió el migrante oaxaqueño. A pesar de las dificultades, Jesús optó por quedarse en Chihuahua en busca de oportunidades laborales.

Con una maleta grande que lamentablemente perdió, Jesús ahora se encuentra con una cobija como única protección contra el intenso frío. «Está bien fuerte», expresó al describir las condiciones climáticas. A pesar de las adversidades, Jesús ha pasado tanto la Navidad como el Año Nuevo bajo el puente, recibiendo ocasionalmente donaciones de comida de personas caritativas.

Sobre sus familiares en Oaxaca, Jesús confirmó que no dejó familia atrás. Su situación económica precaria se ve aliviada en parte gracias a las donaciones ocasionales de comida que reciben los migrantes que residen temporalmente bajo el puente.

Aunque las festividades de fin de año llegaron a Jesús y a sus compañeros bajo el puente, la realidad cotidiana persiste, marcada por la búsqueda constante de empleo y las dificultades asociadas con la falta de vivienda. La historia de Jesús refleja la dura realidad que enfrentan muchos migrantes en su búsqueda de una vida mejor, mientras enfrentan crudas condiciones climáticas en Chihuahua.

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