Nota y Fotos por: Silver Juárez Arce

A pesar de las difíciles condiciones climáticas y los obstáculos en su camino, los migrantes continúan llegando al terreno detrás del Oxxo ubicado en la calle 57 y Juan Pablo II, donde han vuelto a establecer campamentos luego de una semana de relativa calma.

Hoy nuevamente, a pesar del clima frío y ventoso que sacude sus frágiles tiendas de campaña, hombres, mujeres y niños se mantienen firmes en su búsqueda del sueño americano. En conversaciones con algunos de los migrantes, se revela la dura realidad que enfrentan.

«Está complicado», menciona uno de los migrantes cuando se le pregunta por qué no han salido hacia su destino. Explican que la presencia de numerosos retenes en la zona dificulta su avance, haciendo que el viaje sea peligroso y arriesgado debido a la presencia de carteles y las condiciones de seguridad en el camino.

A pesar de la adversidad, la solidaridad entre los miembros de la comunidad migrante es evidente. Comparten cobijas y se ayudan mutuamente en la medida de lo posible, aunque admiten que no siempre cuentan con suficientes recursos para todos.

«Las personas vienen y no ayudan», comenta uno de los migrantes, reflejando la falta de apoyo que enfrentan en su travesía. Sin embargo, destacan la presencia de personas solidarias que les brindan comida y ayuda cuando pueden.

Entre los migrantes se encuentran personas de diversas nacionalidades, incluyendo venezolanos, quienes han dejado sus países en busca de una vida mejor.

La presencia continua de migrantes en el Oxxo en la calle 57 y Juan Pablo II y el terreno a espaldas de este, ha generado una serie de problemas adicionales para los negocios locales, particularmente para los trabajadores del Oxxo que han experimentado una notable disminución en sus ventas.

Los empleados de la tienda Oxxo han visto afectada su clientela debido a la ocupación constante de los espacios de estacionamiento por parte de los migrantes, lo que dificulta el acceso de los clientes regulares. Además, muchos de estos migrantes abordan a los clientes para pedir ayuda o dinero, lo que ha generado incomodidad entre los consumidores.

Sin embargo, más allá de los problemas comerciales, la falta de acción por parte del gobierno federal en el manejo de la crisis migratoria está generando preocupación entre los Chihuahuenses. La ausencia de un registro de los migrantes que atraviesan el país no solo dificulta la gestión de casos de emergencia, sino que también plantea preocupaciones de seguridad, ya que algunos de estos individuos podrían tener antecedentes penales graves.

Es parte de las tantas problemáticas que el gobierno federal a cargo del presidente Andrés Manuel López Obrador no ha querido ver y dar solución.

El impacto de la crisis migratoria se extiende más allá de los problemas comerciales. La falta de acceso a instalaciones sanitarias adecuadas ha generado riesgos para la salud pública, con la proliferación de focos de infección debido a la disposición inapropiada de desechos humanos.

Además, en la frontera con Estados Unidos, la falta de documentos impide que muchos migrantes crucen legalmente, lo que los lleva a recurrir a traficantes de personas, exponiéndolos a explotación y peligros adicionales.

La población flotante de migrantes en las ciudades fronterizas también ha contribuido al aumento de la delincuencia, con grupos criminales aprovechándose de la vulnerabilidad de estos individuos para actividades como el tráfico de personas y la prostitución.

La situación exige una acción urgente por parte del gobierno federal para abordar las múltiples dimensiones de esta crisis migratoria y garantizar la seguridad y el bienestar tanto de los migrantes como de los Mexicanos.

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