Nota: RedacciónFotos por: Silver Juárez Arce

Tras los disturbios acontecidos durante la marcha del 8 de marzo en la ciudad de Chihuahua, donde diversos monumentos y estructuras del centro histórico resultaron afectados, la actuación del Cronista de la Ciudad, Rubén Beltrán, ha sido objeto de críticas por su aparente falta de respuesta ante el vandalismo perpetrado.

Durante la manifestación, grupos de mujeres se vieron involucrados en actos de violencia, causando daños significativos en varios puntos de la ciudad. En particular, se reportaron destrozos en la estatua del fundador de Chihuahua, Deza y Ulloa, ubicada frente a la catedral, donde se observaron ralladuras y daños en el acabado de mármol, además de la desaparición de una de las placas del monumento.

Ante la incertidumbre sobre el paradero de esta placa, se buscó obtener información relevante sobre su valor histórico y eventual recuperación. Sin embargo, los esfuerzos por contactar al Cronista de la Ciudad, Rubén Beltrán, resultaron infructuosos, ya que este se mostró inaccesible a brindar respuestas.

Se esperaba una respuesta diligente por parte de las autoridades culturales ante el vandalismo contra el patrimonio histórico de la ciudad. La falta de atención del Cronista de la Ciudad a este asunto vital para la preservación de la memoria y la identidad de Chihuahua ha levantado cuestionamientos sobre su compromiso y eficacia en el desempeño de sus funciones.

Se espera que las autoridades pertinentes, incluyendo al Cronista de la Ciudad, asuman su responsabilidad y tomen medidas para proteger y restaurar los monumentos históricos afectados, así como para esclarecer el paradero de la placa desaparecida, garantizando la preservación del legado cultural de Chihuahua.

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