Motociclistas repartidores invaden zona peatonal en el Centro de Chihuahua; urgen soluciones sin afectar a trabajadores
Nota y fotos por: Silver Juárez Arce
El constante ingreso de motociclistas de plataformas como Didi Food, Uber Eats, Rappi y otras a las zonas peatonales del centro histórico de Chihuahua se ha convertido en un problema persistente que pone en riesgo a peatones, deteriora el espacio urbano y también tiene consecuencias económicas para los propios repartidores.
Aunque el Paseo Libertad y el Paseo Victoria están diseñados para tránsito exclusivo de peatones, es común ver motocicletas circulando entre los adoquines y acercándose directamente a los restaurantes. Esta práctica, que se repite a diario, ha dañado tapas de servicios, desgastado los materiales y generado molestias entre transeúntes que temen ser atropellados o golpeados.
Sin embargo, la situación también es compleja para los repartidores. Al no existir una infraestructura adecuada para recoger pedidos en estas zonas, se ven obligados a ingresar con sus unidades para evitar retrasos. “Si no entregamos rápido, la plataforma nos sanciona con penalizaciones, cancelaciones o incluso bloqueos”, comentó un repartidor que pidió el anonimato. “A veces es eso o perder el día completo de trabajo.”
Este dilema ha generado un conflicto urbano-laboral que requiere atención urgente por parte de las autoridades municipales y estatales, especialmente en el área de Tránsito y Vialidad. Aunque en ocasiones se ha designado un oficial para vigilar la zona, la presencia es esporádica y no existe una estrategia sostenida para regular el flujo de repartidores sin afectar su labor ni comprometer la seguridad de los peatones.
La falta de una campaña de concientización, así como de zonas designadas para carga y descarga de plataformas digitales, contribuye al caos. “Los motociclistas no deberían estar ahí, pero también hay que entender que no tienen otra opción. Si el gobierno no plantea soluciones reales, seguirá el desorden”, opinó un vendedor de comida del centro.
El reto para las autoridades es claro: proteger al peatón, conservar el patrimonio urbano y garantizar condiciones dignas para quienes trabajan en un sistema que depende de la inmediatez y la movilidad rápida.
