Nota y Fotos por: Silver Juárez Arce

En una muestra de generosidad y solidaridad, Amalia Varela, una chihuahuense, ha estado proporcionando alimentos a migrantes en situación de calle en la intersección de la calle 57 y Juan Pablo II. Ayer, mientras realizaba su noble obra, fue vista por algunos transeúntes quienes quedaron impresionados por su acto de bondad.

«Estoy poniendo mi granito de harina aquí con ellos», expresó Amalia cuando fue abordada por un reportero local. Con una sonrisa humilde, explicó que estaba distribuyendo latas de atún, pan, agua, aguacate y calcetines a aquellos que más lo necesitan.

Cuando se le preguntó con qué frecuencia realiza esta labor, Amalia respondió con sinceridad: «A veces cada 15 días». Es evidente que esta mujer comprometida no solo está brindando ayuda en momentos específicos, sino que también está dedicando su tiempo y recursos de manera regular para ayudar a los más vulnerables de la sociedad.

Sin embargo, Amalia también reconoció que no puede hacerlo sola. Agradecida por la presencia de una amiga que la acompañaba ese día, admitió: «Le pedí de favor que viniera a ayudarme porque no puedo. Prácticamente no puedo con todo».

Su gesto altruista no solo proporciona comida y artículos básicos a aquellos que están en situación de calle, sino que también ofrece un rayo de esperanza y compasión en medio de circunstancias difíciles.

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