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Niñas Rarámuris Cargan con Responsabilidades de Adultos

Nota y Fotos por: Silver Juárez Arce

En el centro histórico de Chihuahua, es común ver a niñas Rarámuris trabajando en la venta de mazapanes y cuidando a sus hermanitos. Estas niñas, pertenecientes a la etnia tarahumara, enfrentan una realidad distinta debido a las costumbres y la pobreza en la sierra, que obliga a sus familias a desplazarse en busca de mejores oportunidades.

Las niñas Rarámuris, con edades tan tempranas como siete años, se ven obligadas a asumir responsabilidades que no les corresponden. A menudo se les puede ver con canastas llenas de mazapanes, recorriendo las calles y plazas del centro de la ciudad, mientras cargan a sus hermanos menores en sus espaldas. Esta situación refleja una combinación de factores culturales y económicos que impactan directamente en su desarrollo y bienestar.

La comunidad tarahumara, conocida por su resiliencia y fuerte conexión con la tierra, enfrenta desafíos significativos debido a la pobreza y la falta de oportunidades en la Sierra Tarahumara. Las familias migran a las ciudades, como Chihuahua, en busca de trabajo y mejores condiciones de vida. Sin embargo, esta búsqueda de oportunidades a menudo resulta en que los niños y niñas tengan que contribuir al sustento familiar desde muy temprana edad.

Aunque las costumbres de la comunidad tarahumara incluyen un sentido de colectividad y responsabilidad desde temprana edad, el trabajo infantil y la carga de responsabilidades de adultos pueden afectar negativamente el desarrollo físico, emocional y educativo de estas niñas.

El trabajo y el cuidado de hermanos menores impiden que estas niñas asistan regularmente a la escuela, lo que limita sus oportunidades de aprendizaje y crecimiento personal. Además, asumir estas responsabilidades genera un estrés y una carga emocional que no son apropiados para su edad, afectando su bienestar psicológico.

Las autoridades y organizaciones de derechos humanos hacen un llamado urgente para atender esta problemática. Es crucial implementar políticas y programas que ofrezcan apoyo a las familias tarahumaras, garantizando que los niños y niñas puedan disfrutar de su infancia, asistir a la escuela y desarrollarse en un entorno seguro y saludable.

La comunidad de Chihuahua debe trabajar conjuntamente para crear un futuro mejor para las niñas Rarámuris, respetando sus costumbres y tradiciones, pero también asegurando que se respeten sus derechos fundamentales. Es imperativo proporcionar las herramientas y el apoyo necesario para que estas niñas puedan crecer en un entorno que les permita alcanzar su máximo potencial.

Este es un llamado a la empatía y a la acción, para que todos los niños y niñas, sin importar su origen, puedan disfrutar de una infancia plena y feliz, libre de responsabilidades que no les corresponden.