Nota y Fotos por: Silver Juárez Arce

Una dolorosa disparidad se evidencia en Chihuahua, donde la alegría de la infancia se ve empañada por la realidad de aquellos que no tienen la oportunidad de disfrutarla plenamente. Mientras la mayoría de los pequeños esperan ansiosos los regalos y las fiestas, algunos se ven obligados a abandonar su inocencia para trabajar en cruceros, generando unas pocas monedas para sus familias.

En la avenida Ortiz Mena y la calle 28, en Lomas del Santuario, se presenció una escena triste y desgarradora. Solo un niño, una niña y su madre se encontraban en las calles, bajo el fuerte sol desempeñando el trabajo como limpia vidrios.

Mientras la sociedad se prepara para celebrar la niñez con eventos y fiesta, esta cruda realidad deja al descubierto la desigualdad que persiste en la ciudad. Mientras unos disfrutan de la inocencia y el gozo infantil, otros son forzados a enfrentar las responsabilidades y las cargas del mundo adulto desde temprana edad. En un día que debería ser de alegría para todos los niños, este contraste amargo nos recuerda que la infancia no es igual para todos en Chihuahua.

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