Nota y Fotos por: Silver Juárez Arce

En una época donde la tecnología y los dispositivos electrónicos parecen dominar el tiempo de ocio de los infantes, un grupo de niños de la etnia rarámuri demostró este martes en pleno Centro Histórico de Chihuahua que para divertirse sólo se necesita imaginación y los juguetes más sencillos.

En las emblemáticas calles Victoria e Independencia, los pequeños provenientes de la Sierra Tarahumara sorprendieron a transeúntes y visitantes al recrear juegos tradicionales de sus pueblos originarios, sin requerir de celulares, tabletas o videojuegos.

Con humildes juguetes artesanales heredados generación tras generación, los niños rarámuri demostraron que la diversión infantil puede venir de las formas más puras y sencillas.

Fue así como las aceras del Centro se convirtieron por unas horas en escenario de las antiquísimas rondas infantiles con carreras de carros de madera y otros juegos que hoy resultan toda una novedad para muchos pequeños citadinos.

Los curiosos transeúntes no perdieron la oportunidad de tomarse fotografías con los niños indígenas inmersos en sus lúdicas tradiciones, preludio de una época más simple e imaginativa.

Este ejemplo servirá sin duda para concientizar sobre la importancia de preservar las raíces culturales y fomentar en los infantes actividades más allá de las pantallas.

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