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Oxidado y sin uso, el mirador del centro de Chihuahua sigue cerrado al público

En el centro histórico de Chihuahua, en la Av. Juárez y calle Josué Nery Santos, se alza un mirador que, hasta hoy, jueves 26 de junio de 2025, sigue cerrado al público. Frente a las icónicas fuentes danzarinas y el monumento al policía caído, esta estructura, pensada alguna vez como un complemento al atractivo turístico de la zona, permanece en un estado de abandono que contrasta con el bullicio de su entorno. Las estructuras metálicas que lo sostienen, oxidadas y sin mantenimiento, se yerguen como un recordatorio silencioso de un proyecto inconcluso, y su deterioro progresivo amenaza con convertirse en un peligro para los transeúntes que recorren esta área céntrica y concurrida.

La ubicación del mirador no podría ser más privilegiada. Situado en una de las zonas más visitadas de la ciudad, justo frente a una parada de camión que aglomera a diario a decenas de personas bajo el sol, su potencial como punto de interés es innegable. Sin embargo, el paso del tiempo sin intervención alguna ha transformado lo que pudo ser un ícono en un “elefante blanco”, un término que se usa para describir esta obra sin uso ni propósito aparente. Este mirador fue concebido como parte de un proyecto más amplio, que incluía las fuentes danzarinas, un espectáculo de agua, luces y música diseñado para cautivar a turistas y locales por igual. Pero mientras las fuentes han recibido atención y una restauración parcial por parte de gobierno del estado, el mirador ha quedado relegado al olvido.

El abandono del mirador no solo representa una oportunidad perdida, sino también un riesgo creciente. Las estructuras metálicas, expuestas a la intemperie durante años, muestran signos evidentes de desgaste. Sin un mantenimiento adecuado podrían colapsar o desprender piezas, poniendo en peligro a quienes transitan por esta zona tan activa. La parada de camión en la acera de enfrente, un punto de constante movimiento, agrava aún más la urgencia de atender esta situación. A pesar de ello, las autoridades municipales y estatales no han anunciado planes para su rehabilitación, dejando a la ciudadanía preguntándose por qué un espacio con tanto potencial sigue sin ser aprovechado.

Originalmente, el mirador fue diseñado para ofrecer vistas panorámicas del centro histórico y complementar el encanto de las fuentes danzarinas, cuya combinación de agua, luces y sonido prometía ser un imán para los visitantes. Sin embargo, hasta la fecha, ni las luces ni el equipo de sonido de las fuentes han sido plenamente activados, lo que limita su atractivo y deja incompleto el proyecto original.

Reactivar el mirador implicaría una inversión significativa, no solo para reparar sus estructuras, sino también para poner en marcha estos elementos que alguna vez fueron su razón de ser. A pesar de los costos, Este elefante blanco debe ser rescatado, ya sea reabriéndolo como un mirador turístico o adaptándolo para otro uso, como oficinas para proyectos culturales o administrativos que den vida a la zona la cual suficiente tiene con tener el predio conocido como “el pantano de Shrek” o “la piscina radiactiva de chihuahua” en su zona.

La historia del mirador es una de promesas incumplidas y oportunidades desaprovechadas. Mientras el centro histórico de Chihuahua sigue siendo un punto de encuentro para familias, turistas y comerciantes, este edificio permanece como un testigo mudo de lo que pudo haber sido. La presión crece para que el gobierno tome cartas en el asunto y devuelva a este espacio el propósito para el que fue creado. En una ciudad que busca fortalecer su identidad turística, el mirador podría ser mucho más que una estructura olvidada; podría ser un símbolo de renovación y un recordatorio de que incluso los proyectos abandonados tienen el potencial de renacer.