Nota y Fotos por: Silver Juárez Arce
Con un sol radiante que augura temperaturas de hasta 40 grados Celsius, Daniel, un hombre oriundo de la ciudad, emprendió su jornada diaria de recolección de fierros en las calles de la capital.
Cargando en su espalda casi 70 kilos de diversos metales, Daniel los traslada hasta uno de los centros de acopio ubicados sobre la avenida Juan Pablo II, en la zona suroriente de Chihuahua.
«Todos los días salgo a juntar fierro. Hoy llevo bastantes kilos, más que de costumbre», comenta mientras avanza con paso lento pero firme bajo los abrazadores rayos solares.
Su cargamento, que asegura apenas le dejará una ganancia de entre 200 y 300 pesos, es el fruto de recorrer incansablemente las calles de la ciudad recolectando todo metal desechado que pueda tener algún valor para las recicladoras.
«Hay veces que sí sale buena venta, otras no tanto, pero este trabajo me permite llevar algo de dinero a casa para la comida diaria», expresa Daniel con una sonrisa resignada.
A sus 54 años de edad, este chihuahuense de toda la vida ha ejercido multitud de oficios para ganarse el sustento, desde comerciante ambulante hasta obrero en diversos sectores. Pero es la recolección de fierros lo que le ha permitido seguir trabajando por cuenta propia.
«En este negocio uno debe tener mucha fuerza y energía para cargar toneladas de metales y caminar largas distancias cada día bajo cualquier climatología», explica mientras se enjuga el sudor de la frente.
Ante las adversas condiciones del intenso calor chihuahuense, que pone a prueba la resistencia física, Daniel hace una pausa y comparte que lo que más añora es poder tener un transporte para facilitar su labor.
«Si tuviera una carretilla o una troquita para cargar todo este fierro, me evitaría tantas fatigas. Pero por ahora solo me queda echarle muchas ganas caminando bajo los rayos del sol», afirma resignado pero optimista este recolector urbano.
