Primer día del mes: las calles se convierten en salas de espera bancarias
Fotografía y Redacción por: Silver Juárez.
Chihuahua, Chih. — El reloj marca las 8:30 a.m. y la ciudad apenas despierta, pero en la intersección de Independencia y Aldama, el movimiento ya es intenso. No por el tráfico, sino por las largas filas que serpentean desde la entrada del banco hasta la banqueta, doblando la esquina y ocupando buena parte de la acera. Como cada primero de mes, el ritual se repite: adultos mayores, mujeres con niños en brazos, trabajadores con uniforme y ciudadanos de todas las edades esperan pacientemente su turno.
La escena es casi coreográfica. Algunos llevan sombrillas para protegerse del la llivia, otros se apoyan en bastones o en las paredes y escaleras del edificio. Hay quienes se anticipan que la espera será larga.
Rutina que se vuelve costumbre
El primero de mes se ha convertido en una jornada de resistencia. Los bancos, especialmente los ubicados en zonas céntricas como el de Independencia y Aldama, se ven desbordados por la demanda. La fila no distingue edades ni ocupaciones: es una muestra transversal de la ciudad.

Adultos mayores: entre paciencia y necesidad
Para los adultos mayores, la espera tiene un doble filo. Por un lado, representa la oportunidad de recibir apoyos económicos vitales; por otro, implica largas horas de pie, bajo el sol o el frío, dependiendo del mes. “A veces nos dan prioridad, pero no siempre. Hay días que sí se complica”, comenta doña Lucha, quien lleva más de una hora en la fila.
Un reflejo de la ciudad
La escena no es exclusiva de un solo banco. En distintos puntos de la ciudad, los primero de mes transforma las calles en extensiones de las sucursales bancarias. Es un fenómeno que habla de la centralización de servicios, de la falta de infraestructura digital para ciertos sectores, y de una rutina que, aunque incómoda, se ha vuelto parte del paisaje urbano.
