Nota y Fotos por: Silver Juárez Arce

En el bullicioso centro histórico, una mujer Rarámuri se prepara para un día de venta de sus artesanías. A pesar de no contar con un stand en la expo centro, ella no se desanima y busca alternativas para llevar el sustento a su hogar.

Con sus manos hábiles y llenas de historia, la mujer Rarámuri acomoda sus coloridas artesanías en el suelo, creando un pequeño rincón de belleza y tradición en medio del ajetreo urbano. Con dedicación y esmero, dispone cada pieza con cuidado, mostrando la destreza y el legado cultural de su comunidad.

Aunque las dificultades económicas le impidieron contar con un espacio formal en la expo centro, esta mujer resiliente encuentra en las calles del centro histórico un espacio para ofrecer sus creaciones únicas. Su determinación y espíritu emprendedor son un testimonio de la lucha diaria por preservar su cultura y asegurar el bienestar de su familia.

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