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Una vuelta por la calle 4ta y Catedral

Como dice la frase “hay que darse un baño de pueblo”; a veces es necesario salir a conocer una parte de la ciudad que por lo general se ignora, porque siempre estamos en busca de la novedad y olvidamos lo tradicional, aunque el significado de dicha frase suene algo clasista, es más bien una invitación a conocer cada lugar de todo lo que nos rodea, siempre estando abiertos al aprendizaje y a las nuevas experiencias, sin prejuicios, abiertos a conocer tu entorno.

En una plática con mi amigo y compañero en este paseo por el centro de la ciudad, Ian Corral, Chef profesional mexicano que se desempeña en Austin,Tx y oriundo de aquel país, pero criado en Chihuahua, llegamos a la conclusión de que cuando llegamos a vivir a una nueva ciudad lo primero que se hace es ir a conocer el centro de la ciudad, incluso perderse en el transporte público, conocer lugares históricos, museos, iglesias, parques, su comida, su gente, etc. Tras esta conclusión acordamos sólo caminar por el centro de la ciudad y llegar esporádicamente a lugares que llamaran la atención, de esta forma conocer un poco más sobre nuestra ciudad natal y su gente.

Comenzamos el recorrido caminando por la Av. Juárez, por lo que la primera parada obligada era llegar al Museo de la Lealtad Republicana Casa Juárez, ubicado en la Av. Benito Juárez 321, pero, por alguna razón se encontraba cerrado, por lo que continuamos nuestro recorrido hacia la calle 4ta para conocer un poco de la comida en los locales establecidos allí.

El ambiente de la calle 4ta siempre es ajetreado y cargado de estímulos sensoriales a cada paso, esta calle es un ícono del centro de la ciudad, en esta ubicación disfrazado de mercado puedes encontrar un poco de todo, desde platillos muy ricos, que van desde los tacos de carnitas, barbacoa, trompo, alambre, hasta los elotes que están casi en cada esquina, además de toda la fayuca que te puedas imaginar.

Podemos encontrar diversas historias y hasta poder conocer un pequeño fragmento de la personalidad de cada vendedor, comprador o caminante; al recorrer este colorido pasaje, nos pudimos percatar de los distintos estilos, combinaciones de cada puesto, de cada persona, esto nos impregnó de elementos culturales heredados de generación en generación.

Paramos en un local tradicional llamado “La Cuarta” donde pudimos encontrar un fabuloso caldito de res acompañado con su respectivo elote, sus tortillas y su arroz; al platicar con la encargada del lugar nos trasmite esa vibra, por la que supongo siempre tiene clientes, quienes ya cuentan los años de visitar el lugar y probar ese caldito, el que presume ella, ser el mejor de Chihuahua, una de las frases que puedo recordar es “aquí no se come en la calle, aquí come como en su casa”, tras 28 años de trabajo constante, no hay planes de dejar lo que tanto trabajo les ha costado y prometen seguir brindando un gran servicio humano y atención.

Al salir del local de comida “La Cuarta” donde nos encontramos un lugar, un tanto desolado, sombrío y gris, un lugar contrastante con lo que se vive afuera, en los pasajes y pasillos aledaños, al ver ese lugar donde en la entrada se encuentra llena de los hombres, mujeres y niños, amantes de las maquinitas tragamonedas, expectantes e impacientes por ganar por lo menos unos $50 pesos en moneditas de un peso y darle alegría a su día o solamente para distraerse de su realidad u ocupaciones, gastando la morralla que les acompaña; entramos y nos encontramos con un pasillo con unos cuantos vendedores, rodeados de escombros y un pintoresco puestito de comida; a lo largo o más bien corto recorrido por dicho pasillo nos podemos encontrar con diversos productos “milagro”, plantas medicinales, miel o bien frutas y verduras, además de otros comestibles y productos, este lugar le hace honor a su nombre, llamado, el mercado “El Hoyo”.

Continuamos nuestro recorrido hacia la Catedral de Chihuahua, que se encontraba en misa, por lo que decidimos guardar respeto a los asistentes y no interrumpir, a los alrededores de la misma se concentró un buen número de puestos de comida, artesanías y demás como ocurre cada año con dicha exposición comercial; el ambiente es inmejorable ya que en cada puesto de comida, las orillas son hechas a mano para los burritos y gorditas, gente por doquier disfrutando del día, haciendo a un lado sus preocupaciones solo por ese momento para degustar un champurrado a un costado de la estatua de Antonio Deza y Ulloa; a pesar de estar a unos metros de edificios gubernamentales, no hay rastro de políticos posando para la fotos, dando la mano de ancianos que nunca volverán a ver en su vida o llamando la atención tirando volantes por las calles a diestra y siniestra.

Antes de terminar el corto recorrido no podían faltar nuevamente unos tacos y unos elotes en la calle cuarta.

En fin este fue un recorrido muy corto por el centro de la ciudad, esto es sólo una minúscula parte de todo lo que te puedes encontrar en una visita al centro de la ciudad, por esta vez, fueron algunos lugares de comida y nos centramos en dos partes como la calle 4ta y catedral, pero hay una inmensidad de lugares por conocer lo largo de la ciudad de Chihuahua.