Nota y fotos por: Silver Juárez Arce

Con varios sombreros de charro sobre su cabeza y zarapes doblado sobre el brazo, María —una vendedora ambulante originaria del sur del país— recorre desde temprano la calle Libertad, epicentro del comercio informal previo a las fiestas patrias. Desde hace días, los puestos con banderas, rehiletes, matracas y accesorios tricolores han tomado las calles céntricas, pero ella prefiere caminar el centro, ofreciendo sus productos a transeúntes y turistas.

“Llevo una semana aquí, desde que empezó el movimiento”, cuenta mientras ajusta un sombrero a un cliente. Su estrategia es clara: moverse entre las multitudes que ya empiezan a llenar las calles, aprovechando el ambiente festivo. Aunque no revela su estado de origen —”para no hacerle publicidad a la competencia”—, su acento delata su procedencia. Mientras avanza entre risas y regateos, su presencia pinta de tradición un centro histórico que, en vísperas del grito, late al ritmo de los preparativos.