Amenaza telefónica, voz clonada y desesperación: la nueva modalidad de secuestro
Reportero de Policíacas
El teléfono sonó una y otra vez desde un número desconocido. Tras ignorar las primeras llamadas, un hombre decidió contestar, solo para escuchar una voz amenazante al otro lado de la línea: “Tenemos a tus hijas. Si quieres volver a verlas con vida, tendrás que darnos dinero”. La voz, grave y con acento chilango, se acompañaba de gritos y llantos desesperados: “¡Papá, ayúdanos! ¡No nos dejes aquí! ¡Nos quieren matar!”.
El padre, paralizado por el miedo, intentó negociar mientras escuchaba los supuestos gritos de sus hijas. “No las toquen, suéeltenlas. ¿Qué quieren? ¿Cuánto?”, respondió, pero la voz al otro lado solo repetía: “Paga, o empezarás a recibir pedazos de tus hijas”. Le ordenaron dejar una bolsa con dinero en un parque cercano, advirtiéndole que no involucrara a la policía.
El pánico lo invadió. Marcó el celular de sus hijas, pero solo recibió el mensaje: “El teléfono que usted marcó no está disponible o se encuentra fuera del área”. ¿Era real? ¿Estaban secuestradas? ¿Qué haría si la policía intervenía y empeoraba las cosas?
Minutos después, volvió a sonar el teléfono. “Ya viste que es cierto. El dinero en el parque, o sufren las consecuencias”. Pero antes de tomar una decisión, recordó las advertencias sobre extorsiones y decidió llamar a las autoridades. Mientras los agentes lo guiaban, logró localizar a sus hijas: “Papá, estamos bien. No te contestamos porque aquí no hay señal”.
El alivio fue inmediato. “Gracias a Dios, mis hijas están bien”, exclamó, mientras las autoridades intervenían la línea para rastrear a los extorsionadores.
Este caso refleja una modalidad delictiva cada vez más común: llamadas que simulan secuestros para extorsionar a familias. Los delincuentes aprovechan el miedo y la desesperación, pero las autoridades recomiendan mantener la calma, verificar la ubicación de los seres queridos y denunciar de inmediato al 9-1-1. La prevención y la acción rápida pueden evitar que el pánico se convierta en tragedia.
