Reportero de Policiacas

Los residentes de las colonias Valle de la Madrid, Cerro de la Cruz y Los Pinos en el sur poniente de Chihuahua han alzado su voz contra una creciente ola de drogadicción y delincuencia que ha plagado su comunidad. En una zona que alguna vez fue segura, ahora enfrentan una triste realidad.

Según testimonios de vecinos que han pedido permanecer en el anonimato, el problema de la adicción a las metanfetaminas, en particular al cristal, ha alcanzado niveles alarmantes. Los llamados «muertos vivientes» vagan por las calles, consumidos por su dependencia, mientras los jóvenes luchan por encontrar actividades sanas en medio de la decadencia que los rodea.

El dilema al que se enfrentan los habitantes de estas colonias es confuso, ya que no pueden determinar si la adicción a las drogas o la delincuencia se apoderaron primero de su comunidad. La problemática ha trascendido las calles y ha penetrado en los hogares y negocios locales, generando un ambiente de inseguridad.

El vicio del cristal ha arraigado tan profundamente en la comunidad que ya no sorprende que los residentes descubran por las mañanas que sus bombillas eléctricas han desaparecido. Para los adictos, estas bombillas son valiosas para la fabricación de la droga que tanto anhelan.

La desesperación de los consumidores se refleja en la creciente ausencia de bombillas eléctricas, pero también en el robo de piezas de vehículos estacionados en zaguánes sin protección. Los ladrones despojan a los autos de partes valiosas, que luego se venden en el mercado negro para alimentar sus vicios.

Esto no se limita al robo de bombillas y piezas de vehículos; incluso los tanques de gas y el cableado de escuelas en la zona son vulnerables. El modus operandi de los adictos es simple: robar lo que puedan para financiar sus necesidades.

La situación es especialmente peligrosa para los estudiantes y maestros en turnos vespertinos. Muchos de ellos viven con el temor constante de sufrir un robo, y en algunos casos, los malhechores no se detienen ante nada, incluso amenazando a los jóvenes con navajas y dejándolos sin dinero para el transporte.

La comunidad se ha convertido en un campo de batalla en el que los residentes enfrentan diariamente el flagelo de la drogadicción y la delincuencia. La escalada de la criminalidad ha transformado estas colonias en un lugar donde reina la impunidad, un triste destino que los vecinos buscan cambiar. Permanezcan atentos, ya que en futuras entregas exploraremos casos más detallados de este preocupante problema que aflige al sur poniente de Chihuahua.

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