Reportero de Policiacas

Desde la semana pasada, la Escuela Primaria Porfirio Parra se convirtió en el centro de atención en Chihuahua, ya que uno de sus maestros enfrenta graves acusaciones de acoso hacia varias niñas a quienes se suponía debía cuidar y educar de acuerdo con los programas establecidos por la Secretaría de Educación Pública.

Jaziel Alfredo D. G., el maestro en cuestión, ha alterado la vida de varias jóvenes y ha generado una sensación de inseguridad en innumerables familias en el plantel. Su presunta mala conducta lo ha llevado a enfrentar medidas legales, y el próximo martes 24 de octubre a las 9:30 de la mañana, tendrá una audiencia para abordar su situación.

Este caso, lamentablemente, no es un incidente aislado en Chihuahua. A lo largo de este año, ha habido varios casos similares que han afectado la confianza de los padres en el sistema educativo. A pesar de que la mayoría de los docentes son ejemplares, estos incidentes arrojan luz sobre aquellos que, en lugar de brindar educación de calidad, dejan cicatrices físicas y psicológicas en sus estudiantes.

El «salón de la mala fama» comenzó en marzo cuando Francisco Javier V. Q., maestro de la Secundaria Federal Número 7, fue denunciado por 15 alumnas por presuntos abusos sexuales. El docente fue detenido, pero más tarde fue liberado debido a una supuesta falta de pruebas sólidas.

En agosto, estudiantes de la Facultad de Artes de la Universidad Autónoma de Chihuahua exigieron la destitución del profesor Iván Q., quien enfrentó numerosas denuncias de violencia por parte de alumnas y exalumnas. A pesar de la gravedad de las acusaciones, el docente abandonó su puesto en la UACH sin recibir la sanción que la Comisión Estatal de Derechos Humanos había recomendado.

Finalmente, el mes pasado, Francisco Javier V. fue recapturado, y esta vez se tomaron precauciones adicionales para asegurar su detención mientras se recopilan más pruebas para mantenerlo bajo prisión.

Estos casos, junto con el incidente más reciente que involucra a Jaziel, han planteado serias preocupaciones sobre la seguridad de los estudiantes en las escuelas de Chihuahua. Los padres de familia se enfrentan no solo a la pregunta de «¿sabe usted dónde andan sus hijos?» sino a la preocupación de «¿sabe usted quién es el maestro de sus hijos?» Las autoridades educativas y legales están siendo instadas a tomar medidas efectivas para abordar esta creciente preocupación.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *