¿Por qué no fui yo?: tragedia en la carretera a Aldama
La noche del 25 de diciembre, cuando la mayoría de los hogares celebraban la Navidad, una familia quedó marcada por la tragedia. Un joven de 21 años perdió la vida tras ser atropellado sobre la carretera Chihuahua–Aldama, a escasos metros del nuevo Libramiento Oriente.
El accidente
De acuerdo con los primeros reportes, el joven acababa de salir de una tienda OXXO en el inicio de Ciudad Aldama. Al intentar cruzar la vía, no advirtió la cercanía de un vehículo Chevrolet oscuro, conducido por una mujer, que lo embistió de manera directa. El impacto fue tan fuerte que la víctima falleció casi de inmediato, pese a la rápida intervención de paramédicos de la Cruz Roja Mexicana.
Testigos del dolor
Detrás del joven caminaban su madre, una niña de entre 8 y 9 años y una bebé en brazos. Ellas presenciaron el fatal accidente. La madre, en crisis nerviosa, rompió en llanto frente a los socorristas: “¿Por qué fue mi hijo y no yo?, él solo vino a verme esta Navidad”. Una frase que resume la magnitud del dolor y la impotencia.
Autoridades en la escena
Elementos de la Policía Municipal de Aldama, agentes de Chihuahua capital y de la Agencia Estatal de Investigación acordonaron el área para iniciar las indagatorias. El tramo donde ocurrió el accidente permanece sin iluminación, prácticamente en penumbras, un factor que pudo haber influido en el desenlace. Se esperaba el arribo de SEMEFO y personal de criminalística para el levantamiento del cuerpo y la elaboración del peritaje.
Reflexión editorial
La carretera Chihuahua–Aldama se ha convertido en un corredor de riesgo donde la falta de infraestructura básica, como iluminación y pasos peatonales, cobra vidas en silencio. La tragedia de este joven no solo desnuda la vulnerabilidad de quienes transitan a pie, sino también la deuda pendiente de las autoridades en materia de seguridad vial.
En Navidad, cuando la esperanza debería iluminar los caminos, la penumbra de una carretera se convirtió en escenario de duelo.
