Gabriela López L.

He asistido durante años a atenderme a ese lugar. Tengo entendido que ese centro hospitalario es una clínica particular que administran los hermanos los doctores Herrera Amaya. Hasta hace unos días solicité una cita que me fue asignada al médico Roberto Carlos Rentería Frías, el 5 de noviembre del año en curso. Entiendo que los galenos no deben obligatoriamente ser simpáticos y agradables, pero sí profesionales.
Durante la consulta se dieron los siguientes hechos:
a) Una notoria falta de empatía
b) Cuando estaba redactando mi historial médico, nos preguntó a mi esposo y a mi si estábamos de acuerdo en que él se saliera del consultorio a lo cual respondimos que no ¿por qué y para qué?
c) Soy una persona con discapacidad lo cual me dificulta subirme a una cama ginecológica o de revisión. No lo podía hacer por mis limitaciones físicas. Pero puse la disposición para hacerlo con una pequeña ayuda. Él se negó porque dijo que su condición física se lo impedía. Le propusimos que personal de apoyo lo hiciera, pero dijo que no posible por las políticas de la clínica.
d) Me dijo que regresara con personas de mi confianza para que me auxiliaran, y que volviera después. Le dimos más opciones, pero se negó.
e) Hizo un estudio superficial, me recetó y nos despedimos.

¿Qué hacer ante estas circunstancias?

1. Que las instalaciones estén adecuadas a personas como yo, y no solo eso, sino a mujeres de mayor edad, a quienes su condición física les impida subir al aparato por su peso, edad, circunstancias.
2. Si es una clínica de la mujer deberían tener instalaciones o personal de apoyo que auxilien. No todas las pacientes pueden ser acompañadas
3. No es una clínica cualquiera, su mismo título está destinado a mujeres y es irresponsable quedarse con los brazos cruzados
4. Todas las mujeres –especialmente con discapacidad- tenemos derecho a una atención digna sin importar estatus social o credos. Finalmente pagamos por una consulta que para empezar no es barata ni regalada.
   
   Por supuesto después de tan pésima experiencia, no volveré a consulta a la famosa Clínica de la Mujer y no recomiendo lo hagan otras personas.
   Lamento que otros ginecólogos sufran las consecuencias, pero un solo doctor desprestigia a esa institución.