El Banco de México (Banxico) mantuvo su postura restrictiva ante las presiones inflacionarias que aún prevalecen en la economía mexicana.


En su última reunión, la junta de gobierno del banco central se alineó en torno a la permanencia de la tasa de interés en 11.25%, incluso, se planteó el no descartar un mayor apretamiento.


Los funcionarios del Banxico advirtieron que la inflación subyacente podría durar fuera del rango objetivo más de lo esperado, debido a mayores presiones de costos, principalmente provenientes de la fortaleza del mercado laboral y de la demanda interna.


También se hizo presente el temor de que la inflación no subyacente, que hasta ahora explica casi la mitad de la reducción de la inflación, crezca por arriba de lo esperado.


En ese sentido, uno de los miembros de la junta comentó que es previsible que el componente no subyacente regrese a valores congruentes con sus niveles promedio, que son más elevados que los previstos en el pronóstico, dificultando la convergencia a la meta para el próximo año.


Ante los riesgos, la mayoría consideró que la mejora en el panorama inflacionario aún es delicada. Uno, señaló que hay elementos que hacen conveniente continuar con un enfoque de cautela y mantener la tasa en su nivel actual por un tiempo prolongado; en tanto que otro consideró incluso que «no puede descartarse que el nivel de restricción monetaria deba mantenerse por más tiempo de lo previsto o incluso que se requiera de un mayor apretamiento».


En este escenario, las opiniones en el mercado siguen divididas. Para algunos analistas, es claro el mensaje de que este año no habrá recortes a la tasa de interés, mientras que en el consenso persiste el pronóstico de que en diciembre podría haber un ajuste de 25 puntos base.

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