La sociedad, así como diversos colectivos en defensa de las mujeres, continúan su lucha en distintos frentes, siendo uno de estos, el exigir la efectiva actuación del Poder Judicial para que garantice a las víctimas de feminicidio, el acceso adecuado a la justicia.


Es lamentable señalar que si bien, el delito de feminicidio comúnmente es perpetuado por una sola persona, es evidente que el sistema de justicia mexicano, encubre y permite que esto suceda sin una sanción adecuada, ya sea por una deficiente investigación por parte de la fiscalía, así como su falta de atención y compromiso en el asunto, el cual debiera de ser considerado como delito de alto impacto social.


También es cierto que se debe de reconocer, que en algunos de los casos de feminicidio, los jueces y magistrados, han tomado en cuenta en el proceso, todas las agravantes que se han cometido contra la mujer para dictaminar una pena ejemplar, casos como los siguientes:


– Salma Yahaira M.S. de cd. Delicias, Chih., quien fue asesinada por Kevin Wualberto P.H. El feminicida fue sentenciado a 70 años de cárcel y un pago aproximado de $750,000.00 pesos. Cabe mencionar que esto se logró después de combatir exitosamente diversos amparos y maniobras interpuestos por la defensa del hoy sentenciado.


– Fanny A. R., del poblado de Anáhuac, en el municipio de Cuauhtémoc, Chih. Ella luchó por su vida a lo largo de 96 horas después del ataque que sufrió a manos de Florentino C. En este caso, el juez estableció una condena de 38 años de prisión, sin embargo, Florentino C. y su defensa no quedaron conformes, por lo cual, interpusieron una serie de apelaciones con la intención de que su condena fuera reducida. La apelación reactivó de nueva cuenta el juicio, es así como el Tribunal de Juicio Oral, modificó la primera sentencia del procesado y decidió aumentar la pena, misma que deberá compurgar, por un total de 97 años de prisión.


– Teodora G.G. de Cd. Juárez, Chih., murió por una hemorragia cerebral traumática. Las indagatorias establecieron que Rogelio D.R. la golpeó con un objeto contuso hasta privarla de la vida. De esta manera y con base en las pruebas técnicas y científicas, un Tribunal Oral le impuso el castigo por la muerte violenta de Teodora G.G. una sentencia ejemplar de 80 años de prisión.


Desafortunadamente, existen otros casos en donde las autoridades dejan una asignatura pendiente, pues se establecen sentencia y reparación del daño muy bajas, las cuales debieran de reconsiderarse. Estos son algunos de los casos:


– El presunto feminicida Daniel Eduwiges R. B de cd. Cuauhtémoc, Chih. había cumplido una pena de 7 años por delitos de abuso sexual en perjuicio de su sobrina. Días después de su liberación, el viernes 11 de agosto del presente año, la adolescente de 14 años fue encontrada muerta. Este trágico caso, revela una posible línea de investigación en la que el presunto feminicida, tras cumplir su condena, volvió para cometer el terrible acto en contra de su sobrina.


– En la cd. de Chihuahua, Chih., Alejandra M.U., fue asesinada por el entonces policía Guillermo H.G., quien disparó contra la víctima con un arma de fuego en la cabeza y posteriormente la arrolla. En su sentencia, los jueces dieron la pena mínima que corresponde al delito de feminicidio.


– En el año 2008 Paulina L. estudiante del COBACH 2, fue subida a un carro a la fuerza. La joven alcanzó a anotar en su antebrazo el número de serie del engomado que portaba el vehículo en la que fue llevada contra su voluntad. Tras días de su desaparición, el cuerpo fue encontrado en la carretera rumbo a cd. Aldama, por lo que José Raymundo Q.S. fue detenido y sentenciado. Sorprendentemente en el 2020, un juez concedió su libertad por su buena conducta.


Es por todo lo anterior, que se hace un llamado para que el Estado reconozca a las víctimas y así poder dignificarlas después de los hechos atroces que han sufrido. No más deudas históricas en la impartición de justicia, las autoridades tienen un compromiso y una obligación de castigar a todos los feminicidas para así, poder otorgar paz y seguridad a las víctimas, a sus familias y a la sociedad entera.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *