Rafael Soto Baylón

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
Artículo 16.- Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa legal del procedimiento. En los juicios y procedimientos seguidos en forma de juicio en los que se establezca como regla la oralidad, bastará con que quede constancia de ellos en cualquier medio que dé certeza de su contenido y del cumplimiento de lo previsto en este párrafo.
Para evitar accidentes por responsabilidad de quienes ingieren alcohol y conducen automóviles, se reinstauraron los retenes. El Artículo 16 establece con toda claridad su prohibición, pero a las autoridades gubernamentales no les importa haber protestado “Cumplir y hacer cumplir la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, de la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Chihuahua y las leyes que de ella emanen”.
Estas medidas tienen en realidad fines recaudatorios. El Gobierno del Estado necesita dinero y pues los ebrios al volante son los mejores contribuyentes.
El pretexto es por demás absurdo. En Chihuahua, solo de enero a mayo de este año se han registrado 845 crímenes dolosos, por ello tenemos el honroso cuarto lugar nacional solo por debajo de Guanajuato (1217), Baja California (1036) y el Estado de México (1013).
En lo que respecta desde noviembre a la fecha, se han registrado 42 casos de feminicidios. Los no resueltos en los últimos diez años son bastantes. Las cifras de crímenes por razones de género suman 220 mujeres asesinadas.
Las calles de la Ciudad están llenas de baches. Cuando se descompone un semáforo o se realizan obras no hay agentes viales agilizando el tránsito. Faltan señalamientos, asistencia de policías a la hora de entrada y salida de escuelas y políticas preventivas. Pero esos no provocan percances según el gobierno.
Ya volvieron los retenes, siguiendo las enseñanzas de Duarte y Corral. Y por supuesto el día del padre los colocaron por aquí y por allá. Para que los papás no consuman bebidas que pongan en peligro a la sociedad.
Pero si se organizan los famosos arrancones, todos lo saben menos vialidad. Cuando ocurre un accidente van unos días, hacen guardia y después se retiran.
A un amigo tránsito –ahora policía vial- le pregunté qué hacen cuando montan un retén y un grupo de la delincuencia organizada pasa por ahí. “No, casi nunca ocurre. Tienen halcones por toda la ciudad y les informan dónde hay uno”. Y esos halcones ¿están fuera o dentro de la corporación? “No lo sé, pero puede haberlos. Pero si un convoy de sicarios se encuentra con un operativo simple y sencillamente los dejamos pasar”.
¿Tenemos defensa?
No, porque cuando soplas al aparatito te dicen “1, 2 o 3 grado de ebriedad” y ni siquiera te muestran el resultado de la muestra. La autoridad tiene la última palabra. ¿Son válidos los amparos porque se violan tus derechos constitucionales? Que yo sepa nadie los ha promovido.
Deberíamos a tener derecho a que en un laboratorio nos practique el examen de sangre. De no coincidir con el dictaminado por el policía vial se te debe devolver tu coche, cancelar la multa y pagarte el costo de la prueba.
Tampoco están presentes representantes de la Comisión Estatal de Derechos Humanos durante los mencionados operativos. Esto se presta a la corrupción porque deberás cargar en efectivo – o a través de transferencias bancarias- para darles una gratificación y te dejen ir.
En fin, para el Gobierno del Estado los crímenes dolosos, los feminicidios, los robos de automóviles, la inseguridad, extorciones, secuestros, cobro de derecho de piso, los vehículos sin placas no son motivo de preocupación porque seguramente creen fielmente en que esos delitos se cometieron sin la previa ingesta de bebidas embriagantes. Ah, pero si manejas drogado, no se detecta y pasas libremente.
Los retenes volvieron para quedarse, pero solo los fines de semana. Porque los conductores se portan bien de lunes a jueves. La autoridad podrá seguir violando la ley impunemente porque tiene el aval de arriba, muy arriba, por el edificio de Gobierno y las víctimas serán los ciudadanos pacíficos incapaces de defenderse.
Claro que no debemos conducir en estado de ebriedad. Pero tampoco debe violarse nuestra Carta Magna.
En fin, lo reitero, hubiera votado por Loera, de perdida a él no le podía reclamar nada.

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