Redacción por: Jesus Alberto Hernandez E
+HUMANISTA
En los últimos días, el presidente López Obrador ha acaparado la atención política con una serie de acciones que parecen tener como objetivo consolidar el régimen autoritario de Morena-4T, es decir, su propio régimen. Esta estrategia ha sido tan efectiva que, a veces, parece que para la oposición su adversario presidencial es AMLO y no Sheinbaum.
La campaña de distracción del presidente consta de tres partes principales:
1.- En primer lugar, contra todo derecho y sentido común, pretende apropiarse de las pensiones de los adultos mayores que tienen afores sin movimientos. Este acto de expropiación abusiva es un vil atropello a los derechos de los más vulnerables.
2.- En segundo lugar, el presidente intenta convertirse en una especie de Supremo Poder Conservador en el ámbito judicial. Ordena a sus sumisos súbditos en las cámaras que lo conviertan en la última instancia del Poder Judicial, otorgándole el poder supremo de perdonar a toda clase de criminales.
3.- Por último, no contento con lo anterior, quiere además liberarse de los estorbosos amparos contra las obras públicas que violan procedimientos y a las resoluciones del Legislativo, aunque estas violen la Constitución.
El presidente es consciente de la ilegalidad de sus propuestas y calcula que la Corte las abortará por ser ilegales y abusivas. Sin embargo, mientras corren las impugnaciones, Claudia Sheinbaum nada impasible en aguas tibias hasta el 2 de junio, sin ser perturbada por la oposición. Mientras López Obrador distrae, Claudia nada de muertita.