Falsos retenes
Rafael Soto Baylón
El secretario de Seguridad Pública del Estado, Gilberto Loya, declaró que, en los últimos dos meses, y gracias a los retenes anti ebrios, han detenido e infraccionado por motivos del alcohol a 270 conductores. Además, se han sancionado a 1,780 automovilistas por manejar a exceso de velocidad.
¿Qué podemos decir de lo anterior? ¿felicitar a la autoridad porque las arcas del gobierno del estado aumentan y ya nos quedó más que claro que no tiene fines recaudatorios? ¿Son consecuencia del celo con el cual los agentes de la policía vial desempeñan su importante labor? Los agentes, armados de un radar, se esconden en las entradas a la ciudad y detienen a los automovilistas que arriban y no bajan, de ciento veinte kilómetros por hora a 60 en menos de cincuenta metros. Felicidades.
Si hiciéramos analogías, es como si un profesor se enorgulleciera de que es el mentor que más alumnos reprueba y los cuales deben pagar por un examen o extraordinario o a título o regularización o remediales o con el nombre que la institución educativa elija.
Y así, que los hospitales están saturados de pacientes aquejados de enfermedades ligeras, graves, muy graves y que afortunadamente el equipo médico y administrativo tienen trabajo.
También es parecido a si el fiscal general del estado presumiera que las cárceles se encuentran con sobrepoblación. Y significa que los delincuentes se han multiplicado y la policía los detiene y encierra con tres cerrojos “Pero la puerta ni cien candados/Van a poder a mí detenerme”, ah, caramba, me estoy desviando.
Sí hay maestros que piensan así: “mientras más alumnos reprueban más exámenes no ordinarios presentarán y a mí me toca una parte”. O lo peor “qué buen docente soy” porque todos los alumnos me temen. Con mi experiencia cuando una gran cantidad de estudiantes no aprueba el curso, reflexiono, analizo y busco en qué me equivoqué. No lo ando presumiendo.
Lo óptimo es que los estudiantes cumplan con los objetivos de curso, aprueben a toda ley y el número de reprobados sea 0.
Si las clínicas están al tope de enfermos, es porque las medidas preventivas de salud están fracasando.
Si las cárceles están llenas no es signo de que la delincuencia esté disminuyendo, sino todo lo contrario.
La delegación de tránsito o de policía vial o de mordelones o como desee llamárseles, no deberían presumir que diariamente se cansan de levantar multas. Al contrario, deberían sentirse responsables de que sus programas preventivos ¿cuáles? no estén dando resultados y sí sería una noticia agradable “A pesar de los 50 retenes semanales anti borrachos, ningún conductor fue sorprendido ni siquiera con aliento alcohólico”. “En los últimos cinco días no se levantó ninguna infracción ni ocurrió un solo accidente”. Eso significaría que están cumpliendo con su labor. Pero no, el criterio de que cumplen con su deber, son las multas levantadas.
Pero vayamos al título del escrito. ¿Qué pasará si otras fuerzas del orden público llevan a cabo retenes? Porque Vialidad ya puso el ejemplo. Me refiero a ministeriales, ejército, marina, guardia nacional. Porque, aunque el secretario lo ignore, sí se presentan casos. Como una autoridad viola la ley ¿cuál es la razón de que unos traviesos y corruptos agentes no se ganen una lanita extra? Y lo peor, cuando los retenes los lleven a cabo civiles pertenecientes a la delincuencia organizada o desorganizada, cómo distinguir a unos de otros. Si son de la policía vial, deberían avisar con antelación hora y lugar. Porque un retén se presta para extorciones, secuestros, atracos, asesinatos. Ya se han dado situaciones de este tipo.
Hay acciones en las cuales nos llevan a pensar que el partido en el poder está más que dispuesto a ceder la gubernatura a la hoy oposición. Por eso la policía vial está colaborando para que les perdamos la confianza y cambiemos nuestro voto en las próximas elecciones. Hoy muchísimos “funcionarios públicos” no están cumpliendo su función con a quien se deben: los ciudadanos.

