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La Esencia del Estadio Azteca

Rafael Soto Baylón

El Estadio Azteca inició su construcción en 1962. Tenía como finalidad concursar para el Mundial de Futbol de 1970. Fue inaugurado el 29 de mayo de 1966 en un encuentro amistoso entre el América y el Torino. Los azul crema anotaron el primer gol cuyo honor le correspondió a Arlindo dos Santos. Fue un reciento, para su época, moderno, funcional sobremanera porque no tenía soportes que estorbaran la visibilidad. Fue una obra del arquitecto Pedro Ramírez Vázquez y Rafael Mijarez. Tenía una capacidad de 112 mil espectadores. Hay que mencionar que el Maracaná albergaba 200 mil personas, pero muchos de ellos estaban de pie. En el Coloso de Santa Úrsula estaban cómodamente sentados
El Azteca ha sido el escenario de dos finales de la Copa del Mundo. Ha sufrido ocho remodelaciones influyendo esta reciente que provocó que la capacidad total se redujera a 83 264 aficionados porque adaptaron palcos de lujo.
Años después, como consecuencia del fallecimiento de Guillermo Cañedo, se le rebautizó con su nombre en 1997. Pero gracias a los dioses del Estadio, regresó a su nombre original un año después.
Para el mundial del 2026, fue nuevamente remodelado. El patrocinador fue el Banco Banorte y como consecuencia llevará ese nombre. Pero la FIFA no lo aceptó y durante el mundial se le llamará Estadio de la Ciudad de México y en los torneos locales volverá al título de la institución bancaria.
La esencia del Estadio se encuentra en su nombre: Azteca. Refleja la idiosincrasia, la historia, la naturaleza de la raza de bronce. Entonces ¿para qué cambiarle el nombre? podrían ser varias opciones “Estadio Azteca” y como subtítulo “Banorte”. Seguramente la gente le seguirá llamando con su nombre original bello sonoro y con personalidad propia. Este coloso tiene una historia, una tradición, finales del futbol mexicano, de la confederaciones, de la finalísima del sub 17 y mil eventos extrafutbol como conciertos e incluso la visita del papa Juan Pablo II.
Simplemente no estoy de acuerdo con esa decisión. No vaya a intervenir el gobierno y lo llame “Estadio Bienestar”. El estadio guarda en su seno al Rey Pelé y la mano de Dios de Diego Armando Maradona. Por mi parte, cuando regresé diré “Fui al Estadio Azteca”.