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La lógica vacacional estudiantil

Rafael Soto Baylón

La lógica es la ciencia de la inferencia válida. Sin embargo, existen las lógicas clásicas y las lógicas no clásicas y también la lógica vacacional estudiantil.

Como casi toda lógica, y es fácil entenderlo, atiende argumentos. La lógica vacacional estudiantil no está exenta de esta regla. Después de profundos estudios, he realizado un análisis de este método de razonamiento.

En el supuesto de que al menos un profesor encargue trabajos de investigación o programe exámenes para el día que regresemos a clases, cualquier escolar que se precie de serlo, diseñará la siguiente argumentación. Permítaseme dar lectura al potencial diario de cualquier alumno:

“Viernes. Hoy es el último día de clases, pero mañana empezaré mi investigación y estudiaré para el examen. Es lo mejor, porque así tendré la oportunidad de distribuir el trabajo y que no sea después tan pesado. Con una hora que le dedique al día, es más que suficiente y así tendré tiempo para la necesaria diversión.
Sábado. En realidad, hoy no es el primer día de vacaciones. Este es un día de asueto como los disfrutados en todo el año. Lo mismo ocurrirá con el domingo, son jornadas que deben dedicarse al relax. Después de todo, en este año las vacaciones llegaron hasta muy tarde.
Lunes. Bueno, hoy es mi primer día de asueto. En verdad me merezco descansarlo durmiendo hasta más tarde, paseando con mis amigos y viendo televisión. Pero eso sí, mañana muy temprano me levanto a estudiar. Este martes lo dedicaré a planear cómo distribuiré el tiempo de investigación y de estudio.
Martes. ¡Hacía mucho tiempo que no veía a mis amigos! Disfruté su presencia ¡cuántas cosas no nos habíamos platicado!, ¡cuántas aventuras de no vernos!. Dije que hoy plantearía mi programa de estudio, pero, hombre, un día más, un día menos, no afecta en lo más mínimo.
Miércoles. Hoy mis primos me invitaron a su rancho. Iré porque es un convite que no puedo desairar ¡son mis familiares más queridos!. Ya tengo lista mi maleta y claro, como pienso aprovechar la quietud del campo para adelantar el trabajo escolar, he acomodado en mi equipaje la computadora portátil y los libros. Incluí los cuadernos de apuntes.
Jueves. Hoy es jueves santo. Dice mi tía Escolapia que estudiar o trabajar en estos días es pecado. Me platicó de un vecino de su juventud que decidió ir a regar las parcelas en viernes santo y le cayó un rayo. ¡Cómo son sabios los viejos!
Sábado. Hoy es sábado de gloria, tenemos que ir a misa, y también ha de ser pecado mortal estudiar por estas fechas, nadie me lo ha dicho, pero lo infiero ¡es lógico!. Son momentos que debemos dedicar a la meditación y al recogimiento.
Domingo. Es domingo de resurrección y ya acumulé siete días sin estudiar. Pero no importa, porque me siento más descansado para iniciar mi labor mañana. ¡Quién puede estudiar cansado! ¿no es lo mejor deshacerse de las tensiones propias de la escuela y ya después el aprovechamiento será óptimo?
Jueves. Hoy regresé a casa. No encontraba la portátil ni los libros en el maletero del auto. Qué días tan agradables. Creo que hoy sí empezaré la investigación. Sólo tengo que leer ocho libros, y con mi curso de lectura dinámica… también deberé encuestar a veinte personas. Pero caramba, las vacaciones también cansan. Hoy tomaré el día libre y mañana ahora sí empiezo. Por lo pronto tengo la obligación de contestar los cincuenta y cuatro correos que llegaron los días que me ausenté… es de mala educación no hacerlo.
Viernes. Me invitaron al cine por la tarde y a una fiesta por la noche… qué más da… son mis últimos días de vacaciones. Pero mañana temprano… no tiene nada de malo que me divierta un poco… el trabajo puede esperar un ridículo día más.
Sábado. Estuvo buena la desvelada… ¿cuál es el tema del trabajo que debo hacer? ¿lo tendré apuntado en mi libreta de ultra pendientes?, ¿qué examen es el que me espera el martes?. Le llamaré a Pedro para preguntarle.
Domingo. Pedro todavía no regresa de vacaciones. Le llamé a Perla pero tampoco sabe en qué teléfono puedo localizarlo. He hecho lo imposible por encontrarlo, hasta le mandé un mail.
Lunes. (nota del editor, no hay nada escrito)”

Por eso recomiendo a mis compañeros maestros, con quienes comparto el noble, pero siempre difícil apostolado de la docencia, no dejen a sus estudiantes exámenes pendientes ni trabajos de investigación para “regresando de vacaciones”. Y así como yo, disfruten también del recreo y casi con la seguridad que nadie se acuerde de nuestras respectivas ascendientes.