El 8 de julio de 1820, Servando Teresa de Mier, una figura clave en la lucha por la independencia de México, hizo un llamado histórico que resonó en los pasillos del poder. En un acto de valentía y determinación, solicitó ser juzgado conforme a la Constitución, un documento que representaba la esperanza de una nación en ciernes. Pero no se detuvo ahí; también exigió que se le nombrara un defensor, un gesto que subrayaba su fe en la justicia y el debido proceso. Este momento no solo destacó su compromiso con los principios constitucionales, sino que también puso de manifiesto las tensiones y aspiraciones de una sociedad en transformación. ¡Un día que sin duda marcó un hito en la historia de México!