De acuerdo con las minutas de la reunión del pasado diciembre, publicadas este jueves, los funcionarios de Banxico reconocieron que el proceso desinflacionario ha avanzado en el país desde el pasado marzo, pero que existen factores que podrían complicar sus metas a lo largo de este año.
Entre estos factores, destaca la política fiscal procíclica del gobierno federal, que podría aumentar la demanda agregada y presionar los precios.
«Algunos identificaron la política fiscal procíclica como riesgo para el panorama inflacionario y mencionaron la posibilidad de que la postura fiscal implique una mayor demanda agregada», señala la minuta sobre la reunión.
Otro factor que preocupa a Banxico es la descoordinación entre la política fiscal y la monetaria, que podría dificultar la transmisión de la postura restrictiva del banco central.
«Hay factores idiosincrásicos que obstaculizan la transmisión de la postura restrictiva, como la falta de sincronización entre las políticas fiscal y monetaria», señala la minuta.
Además, Banxico también está preocupado por el impacto de la política expansiva del gobierno federal sobre la calificación crediticia del país y sobre la sostenibilidad de las finanzas públicas.
Por otro lado, el componente subyacente de la inflación, que excluye los precios de los alimentos y los energéticos, aún no muestra un claro punto de inflexión a la baja.
Asimismo, existen factores externos que podrían presionar la inflación, como la volatilidad en el proceso electoral de Estados Unidos y el aumento del precio de las materias primas.