Ciudad de México, 15 de septiembre de 2025 — A tan solo unas horas del primer Grito de Independencia encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum, el Zócalo capitalino se convirtió en escenario de tensión y golpes. La tarde de este lunes, comerciantes ambulantes se enfrentaron con brigadas del Gobierno de la Ciudad de México que intentaban impedir la instalación de puestos no autorizados en la plancha de la Plaza de la Constitución.

¿Qué ocurrió?
El conflicto estalló alrededor de las 13:00 horas, cuando personal de la Subsecretaría de Programas de Alcaldías y Vía Pública pidió a los vendedores retirarse del área. Los comerciantes, que cada año participan en la verbena popular vendiendo antojitos, banderas y artículos patrios, reclamaron su derecho a trabajar durante las celebraciones. La discusión escaló rápidamente a empujones, gritos y agresiones físicas.

Videos difundidos en redes sociales muestran a funcionarios rodeados y derribados por grupos de vendedores. Dos trabajadores fueron trasladados a hospitales para valoración médica, mientras que al menos ocho más resultaron con heridas menores.

¿Qué dice el gobierno?
La Secretaría de Gobierno capitalina emitió un comunicado en el que justificó el operativo como parte de las medidas de seguridad para evitar accidentes durante la alta afluencia esperada esta noche. “La instalación de puestos semifijos representa un riesgo para la movilidad de la ciudadanía”, señaló la dependencia.

Además, se informó que se realizarán investigaciones para deslindar responsabilidades y presentar las denuncias correspondientes por las agresiones sufridas por el personal público.

¿Y la verbena?
Pese al altercado, las autoridades confirmaron que las actividades programadas para esta noche siguen en pie. La Arrolladora Banda El Limón se presentará a las 20:00 horas, y a las 23:00, Claudia Sheinbaum saldrá al balcón de Palacio Nacional para dar el tradicional Grito de Independencia.

Elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana reforzaron el operativo en el primer cuadro de la ciudad para garantizar la seguridad de los asistentes.


Y mientras el gobierno defiende la movilidad y los ambulantes defienden la tortilla con chile, el Zócalo se convierte en ring de lucha libre… pero sin lona ni réferi.