Crisis política: nace México Republicano como contrapeso a un Morena dominante
Durante el programa semanal Ciudad 2.0 de Durango, el analista político Alberto Hernández expuso los detalles del naciente partido México Republicano, una iniciativa política que emerge como contrapeso directo a Morena y su proyecto de la Cuarta Transformación. Liderado por Iván Peña Néder, este nuevo partido surge en medio de una notable crisis y fragmentación de la oposición mexicana, especialmente tras los resultados electorales del 2 de junio donde solo logró alcanzar un modesto 1.1% en votaciones municipales.
La estrategia fundamental de México Republicano se centra en realizar una crítica sistemática al modelo gubernamental de Morena, denunciando el incremento sostenido de la violencia nacional, la crisis estructural del sistema de salud pública, el colapso del modelo educativo y el debilitamiento institucional democrático. Asimismo, critican fuertemente la gestión económica que consideran desconectada de la realidad social, la creciente dependencia de políticas populistas, la excesiva centralización del poder en detrimento de los gobiernos locales y la pérdida de competitividad internacional de México.
La figura de Iván Peña Néder añade un elemento controversial al proyecto, dado sus complejos antecedentes empresariales y su pragmatismo político radical. Su aproximación binacional, con significativos acercamientos a sectores republicanos estadounidenses, genera tanto expectativas como cuestionamientos sobre la verdadera naturaleza política del movimiento. Esta nueva propuesta política busca aglutinar a sectores opositores dispersos, particularmente aquellos de la derecha tradicional que se sienten excluidos de los proyectos políticos actuales.
Sin embargo, el partido enfrenta desafíos críticos para su consolidación, como la obtención del registro nacional, la construcción de una base electoral sólida y el desarrollo de un discurso que trascienda la mera crítica coyuntural. Hernández concluye que México Republicano refleja la profunda crisis de representación política en el país, manifestando la búsqueda de alternativas ante el desgaste del modelo de la 4T, aunque su viabilidad futura permanece incierta y dependerá crucialmente de su capacidad para conectar con una ciudadanía cada vez más desencantada con las opciones políticas tradicionales.