Rafael Soto

“Estamos reunidos los trabajadores y las mujeres del pueblo para dar la respuesta al líder que dijo: «Quienes quieran oír, que oigan, quienes quieran seguir, que sigan». Es el pueblo humilde de la patria, que aquí y en todo el país está de pie y seguirá al líder de la humanidad porque ha levantado la bandera de redención y de justicia de las masas; lo seguirá contra la opresión de los traidores de adentro y de afuera, que en la oscuridad de la noche quieren dejar el veneno de sus víboras en el alma y en el cuerpo, que es el alma y el cuerpo de la patria. Pero no lo conseguirán como no han conseguido jamás la envidia de los sapos acallar el canto de los ruiseñores, ni las víboras detener el vuelo de los cóndores porque aquí estamos los hombres y las mujeres del pueblo para custodiar vuestros sueños y para vigilar vuestra vida, porque es la vida de la patria, porque es la vida de las futuras generaciones, que no nos perdonarían jamás que no hubiéramos cuidado a un hombre de sus quilates, que acuñó los sueños de todos.
“Yo le pido a Dios que no permita a esos insectos levantar la mano contra él, porque ese día, yo saldré con el pueblo, yo saldré con las mujeres yo saldré para no dejar en pie ningún ladrillo que no sea de la transformación. Porque nosotros no nos vamos a dejar aplastar jamás por la bota oligárquica y traidora de los vende patrias que han explotado a la clase trabajadora, porque nosotros no nos vamos a dejar explotar jamás por los que sirven a sus amos de las metrópolis extranjeras; entregan al pueblo de su patria con la misma tranquilidad con que han vendido el país y sus conciencias; porque nosotros vamos a cuidarlo más que si fuera nuestra vida, porque nosotros cuidamos la causa del pueblo, es la causa de los ideales que hemos tenido en nuestros corazones durante tantos años. Hoy estamos de pie virilmente. Los hombres se sienten más hombres, las mujeres nos sentimos más dignas, porque dentro de la debilidad de algunos y de la fortaleza de otros está el espíritu y el corazón para servir de escudo en defensa de su vida.
“Quiero decir estas cosas a los humildes que llevo tan dentro de mi corazón que en las horas felices, en las horas de dolor y en las horas inciertas siempre levanté la vista a ellos, porque son puros y por ser puros ven con los ojos del alma y saben apreciar las cosas extraordinarias como él. Yo quiero hablar hoy porque quiero que mi pueblo sepa que estamos dispuestos a morir por él y que sepan los traidores que ya no vendremos sino a hacer justicia por nuestras propias manos.
“Hay mucho dolor que mitigar; hay que restañar muchas heridas, porque todavía hay muchos enfermos y muchos que sufren. Lo necesitamos como el aire, como el sol, como la vida misma. Lo necesitamos por nuestros hijos y por el país en estos momentos inciertos de la humanidad en que los hombres se debaten entre dos imperialismos; el de derecha y el de izquierda, que nos llevan hacia la muerte y la destrucción. Y nosotros, luchamos junto con por una humanidad feliz dentro de la justicia, dentro de la dignificación de ese pueblo, porque en eso reside su grandeza. No hay grandeza de la Patria a base del dolor del pueblo, sino a base de la felicidad del pueblo.
“Estoy otra vez con ustedes, como amiga y como hermana y he de trabajar noche y día por hacerlos felices porque sé que cumplo así con la Patria. He de estar noche y día trabajando por mitigar dolores y restañar heridas, porque sé que cumplo con esta legión que está labrando una página brillante en la historia de la Patria. Y así, quisiéramos venir muchos y muchos años y, dentro de muchos siglos, que vengan las futuras generaciones para decirle en el bronce de su vida o en la vida de su bronce, que estamos presentes con usted.
“Antes de terminar quiero darles un mensaje: que estén alertas. El enemigo acecha. No perdona jamás, que un hombre de bien, esté trabajando por el bienestar de su pueblo y por la grandeza de la Patria. Pero nosotros somos el pueblo y yo sé que estando el pueblo alerta somos invencibles porque somos la patria misma”.
Autoexamen:
¿Quién pronunció este discurso?
( ) Claudia Sheinbaum
( ) Beatriz Gutiérrez Müller
( ) Elena Poniatowska
( ) Ninguna de las anteriores

¿En qué lugar se pronunció?
( ) En el Zócalo de la Ciudad de México
( ) En el Balcón de Palacio Nacional
( ) En la Plaza de Armas de Villahermosa, Tabasco
( ) En ninguna de las anteriores

¿A quién fue dedicado?
( ) A Andrés Manuel López Obrador
( ) A Miguel Hidalgo y Costilla
( ) A Francisco I. Madero
( ) A ninguno de los anteriores

Este discurso es real, sólo le cortamos algunas líneas para tratar de confundir al lector. Fue dictado por Eva Perón (Eva María Duarte o María Eva Duarte de Perón) mejor conocida como simplemente Evita. Fue pronunciado el 1 de mayo de 1952 en el Balcón de la Casa Rosada (Sede del Poder Ejecutivo de la República Argentina) en Buenos Aires. Dicha locución fue dirigida a una multitud que se aglomeró para celebrar el Día del Trabajador. Fue dedicado a Juan Domingo Perón. Así que la historia tiende a repetirse, siempre con distintos nombres siempre con distintas fechas. Cualquier coincidencia la culpa es de Clío. Las respuestas correcta es “ninguna de las anteriores)

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