Ebrard molesta al ala radical del Gobierno con su apoyo a Sheinbaum lo acusan por las filtraciones sobre los hijos de AMLO

La presencia de Marcelo Ebrard en el acto final de la precampaña de Claudia Sheinbaum en la CDMX no fue del agrado del sector más radical del Gobierno.

Tampoco les gustó la armonía que demostró con la candidata. Según lo que asistieron al acto, lo primero que se comentaba era que el exsecretario de Relaciones Exteriores había mandado una avanzada de presuntos simpatizantes para que lo ovacionaran al llegar al Monumento de la Revolución.

Ebrard acudió al evento, recibió muchos aplausos y cuando un reportero le cuestionó si lideraba una corriente interna de Morena, el exmandatario capitalino se alineó al discurso de la candidata y afirmó que no existen corrientes internas porque eso “fue lo que destruyó al PRD”.

Para el grupo más duro del Gobierno, liderado por el portavoz Jesús Ramírez, el antiguo jefe de gobierno puede ser un elemento nocivo en la competencia en la CDMX por su supuesta responsabilidad en el desastre de la Línea 12, situación que los medios cercanos a Ramírez repiten con frecuencia.

También les molesta la buena amistad de Ebrard con el empresario Ricardo Salinas Pliego, quien en los últimos meses se ha enfrentado al Gobierno por su conflicto con el SAT, aún sin resolución en el ámbito judicial.

Esta semana Grupo Salinas anunció que demandaría a quien organizan campañas negras contra Banco Azteca en redes sociales.

Pero el giro más habitual, al que acuden otros cercanos a Andrés Manuel López Obrador, es empezar a insinuar que Ebrard tiene algo que ver con las revelaciones de LatinUS sobre los negocios que los hijos del presidente tienen con el Gobierno.

Fomentan así la idea de que Ebrard prepara el escenario para que López Obrador no tenga tanto poder de presión sobre Sheinbaum en caso de que esta sea presidenta y que este más preocupado en potenciales problemas judiciales de sus hijos.

Un giro poco fino porque hasta hace algunos meses, en esos círculos se decía que las exclusivas de Carlos Loret de Mola provenían de agencias de seguridad de Estados Unidos.

Este grupo no quiere grandes figuras secundarias en un posible sexenio de Sheinbaum porque su objetivo es preparar el terreno para que Clara Brugada sea la encargada de consolidar un proyecto de poder para el mantenimiento de la 4T. Como odian a Ebrard, pasa algo parecido con Omar García Harfuch o Ricardo Monreal.

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