El combate contra los carteles mexicanos ha sido un tema que a estado en mesa de debate tanto para México como para los Estados Unidos. Durante la administración de Donald Trump, el ex fiscal Barr pidió que se tomaran medidas drásticas para combatir a estos grupos criminales, que el periódico The Wall Street Journal los llamó «narcoterroristas». Barr explicó que estas organizaciones utilizan tácticas de soborno y terror para controlar grandes áreas de México, creando «estados dentro del estado».
Sin embargo, esta no es una situación nueva en México. Desde hace décadas, los carteles han sido una amenaza para la seguridad y la estabilidad del país. Durante la presidencia de Felipe Calderón (2006-2012), se lanzó una gran ofensiva contra los carteles, pero no se logró avanzar lo suficiente como se esperaba. Las prioridades estadounidenses estaban en otra parte, y la lucha contra el narcotráfico en México no se convirtió en una prioridad.
William Barr también hizo una comparación impactante al afirmar que estos grupos criminales son similares al grupo del Estado Islámico (ISIS), ya que utilizan la violencia, el soborno y las amenazas para controlar el territorio y la población mexicana. Además, acusó al presidente López Obrador de proteger a los carteles y no tomar medidas efectivas para desafiarlos, lo que ha permitido que sigan operando impunemente.
Es evidente que México necesita tomar medidas más efectivas para combatir a los carteles y poner fin a la violencia y la corrupción que han generado. Pero también es importante reconocer que la solución no puede venir solo de los Estados Unidos. México necesita un enfoque integral para abordar esta crisis, que involucre la cooperación internacional, la reforma institucional y el fortalecimiento de la sociedad civil.
En conclusión, el combate contra los carteles mexicanos es un problema complejo y multifacético que requiere una solución integral. La comparación de Barr con el grupo del Estado Islámico es alarmante, y debe ser un llamado de atención para que los líderes de México y los Estados Unidos trabajen juntos para poner fin a esta crisis. Es hora de que se tomen medidas más drásticas para combatir a los carteles mexicanos y para garantizar la seguridad y la estabilidad en la región.