La calificación crediticia de México estará condicionada a las acciones que tome el próximo gobierno en materia fiscal y sobre Pemex. El gobierno actual ha planteado un ajuste fiscal para 2025, lo que será clave para mantener la calificación crediticia del país. El nearshoring podría ser una gran oportunidad para México y ayudar a mejorar la calificación crediticia. Los inversionistas no están preocupados por el proceso electoral en México, pero sí por el proceso electoral estadounidense. Banxico tendrá que convencer al mercado de que logrará reducir la tasa de interés al objetivo de 3%.

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador logró esquivar la degradación de la nota crediticia, a pesar de la actual situación en Pemex, pero para el siguiente gobierno este reconocimiento de las agencias crediticias estará condicionado a las acciones que tome en materia fiscal y sobre Pemex, de acuerdo con un análisis de Carlos Capistrán, economista en jefe de México de Bank of America.

«Las calificadoras van a ver qué pasará el próximo año», explicó el analista sobre los riesgos que enfrenta la nota crediticia del país en la siguiente administración. En su opinión, será clave que se haga un ajuste fiscal en 2025, de acuerdo con lo señalado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

En su paquete presupuestal para este año el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, planteó el déficit más alto en 30 años de 1.2%, pero planteó que para el siguiente año el gobierno logre un superávit de 1% del PIB, lo que se lograría a través de un fuerte recorte al gasto. En el mercado afirman que solo a través de una reforma fiscal se podría lograr reducir el déficit.

Tocará a quien a quien sea la nueva presidenta y al nuevo Congreso decidir cómo se va a ver el presupuesto para 2025. «Si validan esos pronósticos de Hacienda viene un ajuste fiscal muy grande, pues está el riesgo de que haya problemas en términos de calificación crediticia»., dijo.

El experto señaló además que es posible que el déficit de este año sea mayor tras el decreto anunciado este martes de exentar a Pemex del pago de impuestos (DUC) correspondientes al último trimestre de 2023 y enero de este año.

«Le siguen mandado dinero a Pemex a pesar de que ya perdió el grado de inversión. El riesgo es que cuando juntas todo el sector privado, resulta en un déficit más grande para este año», alertó.

«Sería una sorpresa negativa para nosotros si quien llegue deciden no hacer un ajuste fiscal y continuar con déficit como el que se está haciendo este año, por eso importante que quien llegue tome en cuenta los pronósticos que la misma hacienda está dejando para este año», agregó.

Pero el analista se muestra optimista, pues en el escenario proyectado estiman que el próximo gobierno realizará los ajustes necesarios, además de que tendrá los beneficios del nearshoring, que considera serán una gran oportunidad para México.

En el mismo sentido, aseguró que los inversionistas tampoco están preocupados por el proceso electoral en México, que por ahora anticipan que Morena no ganará la mayoría calificada en el Congreso que requiere para pasar sus reformas.

Explicó que por ahora la atención de los inversionistas está puesto en el proceso electoral estadounidense y su impacto en el país. Al respecto, Capistrán señaló que quien gane, ya sea un demócrata o un republicano, se prevé que siga la misma política fiscal que buscar acercar las cadenas de valor ubicadas en Asia y sus disputas con China, lo que ha terminado beneficiando a México.

Para 2025 esta institución considera que vendrá otro reto por parte de la política monetaria y será que Banxico logre convencer al mercado de que logrará reducir la tasa de interés al objetivo de 3%. Si bien en los diferentes consensos del mercado se anticipa una reducción, las proyecciones siguen más elevadas que las del banco central mexicano.

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